"Existen muchas dudas sobre la eficacia y el rendimiento de la jornada continua en las aulas"
Victoria Rodriguez, jurista, politóloga y profesora universitaria, reflexiona sobre la brecha abierta en los colegio por el cambio de modelo de jornada escolar
En muchas ocasiones oímos a nuestros políticos hablar de democracia y lanzar argumentos “democráticos”, pero cuando los resultados de la democracia no nos gustan, repetimos las votaciones. Esto es lo que está pasando y ha pasado con la polémica implantación de la jornada continua en la Comunidad Valenciana y concretamente en algunos colegios de Elche. Así por ejemplo en el colegio público El Palmeral, el próximo 25 de abril, será la cuarta vez que los padres y madres voten si se quiere jornada continua o partida. Las veces anteriores ganó la jornada partida y como el resultado no gustó, ¡pues a repetir! Al final, la Conselleria por fin ha enmendado el error y lo que resulte este año, regirá durante tres años, sea cual fuere el resultado, no habrá ventaja a favor de la continua.
Existen muchas dudas sobre la eficacia y el rendimiento de la jornada continua en las aulas. Téngase en cuenta que estamos hablando de niños que están en educación primaria, de 3 a 11 años, que no tienen la fortaleza, el desarrollo y la constancia que un alumno de secundaria, mayor de 12-13 años. No hay estudios que avalen de modo irrefutable que es mejor la jornada continua para el desarrollo intelectual, emocional y psicológico del niño. Sino al contrario, algunos expertos han alertado del impacto negativo de la jornada compacta en el rendimiento escolar y en el desarrollo psico-social de los niños. Este modelo de jornada continua está en retroceso en Europa y en los pocos países que rige, tienen pausas de más duración dentro del horario lectivo ya que los niños necesitan espacios de juego y descanso.
Desde los centros educativos se está fomentando los pretendidos beneficios de la jornada continua pero sin mostrar estudios que lo respalden ni aportando informes negativos a su implantación, que también hay, y muchos. Se percibe un interés oculto corporativo, pero no comparto la idea de que los profesores o educadores se guíen por su comodidad antes que por su vocación.
Otra reflexión importante radica en por qué una cuestión de tanta transcendencia se deja a elección de los padres y madres. Éstos se preguntan, con razón, por qué no reside en los padres decidir el calendario de vacunaciones, por ejemplo. La respuesta en este caso es clara: la Administración debe velar por la salud de los ciudadanos y por los Derechos del niño. Por igual motivo, ¿por qué entonces se abandona a las urnas un aspecto tan relevante que afecta a los niños en sus primeras etapas educativas? Acaso ¿dejamos en manos de los votos, la regulación del Código Penal, las normas de seguridad vial o los bienes jurídicos que deben ser protegidos?
En fin, la polémica plantea muchas dudas y ofrece pocas respuestas. El día 25 de abril se repiten elecciones en los colegios de la Comunidad Valenciana sobre la implantación de la jornada continua, que haya mucha suerte y que su resultado sea lo más favorable para los escolares.