"Lo que los políticos dicen en la oposición no lo hacen cuando gobiernan"
Victoria Rodriguez, jurista y politóloga, analiza las dos caras de los responsables de la Consellería de Educación respecto a los derechos a elegir lengua vehicular
Del dicho al hecho hay un gran trecho
Estoy segura que a Ustedes le suena toda la matraca que nos han dado en la presente legislatura con el plurilingüismo, la inmersión en valenciano, el decreto aprobado por la consellería que fue suspendido judicialmente y después retirado, hasta convertirlo en la Ley que ha sido aprobada hace escasas semanas.
Pues bien, me decían el otro día (con documentos en mano) que un Instituto de la ciudad, hay un grupo de alumnos que llevan desde los 3 años estudiando en línea valenciano, y ahora cursan primero de Bachiller. Resulta que este grupo quiere seguir en Bachiller, la línea de valenciano y no tienen la opción y llevan peleando con el tema desde el inicio de curso.
Todos los alumnos con este interés están formando parte del Grupo de Humanidades con línea en castellano y compartiendo un aula donde conviven 42 alumnos.
Los padres formularon una queja desde casi inicio de curso ante los servicios territoriales de Educación y su Directora, una histórica valencianista, muy valencianista, les contesta que el aula reúne condiciones para acoger a los 42 niños sin problema. Que no existen quejas respecto al rendimiento de los alumnos ante la masificación de la clase y que respecto a la posibilidad de cursar la línea en valenciano, que para el curso que viene se hará lo posible para que exista la opción de esta línea.
¿Qué les parece?
Imagino que Ustedes recuerdan todas las críticas que hacía Compromís la legislatura pasada, sobre los barracones, la masificación de las aulas, aquello de que gobernarían para las personas etc., etc., etc.
Seguro que Ustedes se acuerdan de todo el empeño del Conseller desde que está al frente de educación en insistir con la inmersión en valenciano, las cantidades tan importantes que se han concedido a medios de comunicación con inclinación catalana para difundir el valenciano, para que a la hora de la verdad, y cuando unos niños reclaman seguir estudiando en valenciano como siempre han hecho se les deniegue la posibilidad y se alegue que el año que viene sus compañeros, que no ellos, tendrán la opción.
Al próximo curso es de esperar que estos niños hayan promocionado y no les sirva el ofrecimiento o la promesa que ahora se hace. Al final se demuestra que siempre ocurre igual, que en la oposición se dice unas cosas pero que cuando se gobierna se hacen otras.
En el presente caso, los niños de primero de Bachiller no tienen derecho a voto, pero que no se olviden, sus padres sí.