Científicos de la UMH de Elche descubren que un fármaco para la esclerosis múltiple puede matar células tumorales de origen neural
El grupo de investigadores está liderado por el profesor Luis Miguel Gutiérrez e integrado también por Yolanda Giménez, Virginia García y José Villanueva
Elche |
El equipo del investigador Luis Miguel Gutiérrez del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha descubierto el mecanismo molecular por el que un fármaco utilizado en la terapia contra ciertas formas de la esclerosis múltiple, podría ser empleado para eliminar células tumorales de origen neural.
Ese compuesto químico fue uno de los primeros aprobados para el tratamiento de la esclerosis múltiple. En los últimos años, se ha descubierto que podría ser efectivo contra otros síndromes neurológicos como la isquemia, la neurodegeneración y los accidentes cerebrovasculares. Además, se ha propuesto para el tratamiento de cánceres neuronales, dado su potencial para inducir la muerte a las células tumorales del sistema nervioso.
El grupo de investigación Mecanismos Moleculares de Neurosecreción de la UMH ha centrado sus experimentos en los efectos del fármaco, denominado Fingolimod, en el funcionamiento de unas células que se encuentran fuera del sistema nervioso y almacenan las sustancias responsables de la comunicación entre neuronas, los neurotransmisores.
Los resultados del estudio demuestran que esas células expuestas al citado fármaco experimentan cambios profundos que le llevan incluso a la muerte.
El grupo de investigación ha estado liderado por el profesor Gutiérrez y del mismo han formado parte las científicas Yolanda Giménez y Virginia García, así como el investigador José Villanueva. También ha se ha involucrado en el estudio el profesor Bazbek Davletov de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).
Para el análisis se han utilizado técnicas de biología molecular y microscopía en células de vacuno cultivadas.
Según el profesor Gutiérrez, el uso de este fármaco para el tratamiento de cáncer cerebral “necesitará grandes inversiones en investigación y en estudios clínicos que podrían desarrollarse durante los próximos 10 años”.