Elche se 'moviliza' para dar colorido al Domingo de Resurrección
La pintora ilicitana Pepa Ferrández y el colegio Ferrández Cruz, al que da nombre el padre de la artista, muestran cómo hacer las aleluyas para vivir la tradición desde los balcones y las ventanas de cada hogar
Elche |
El Domingo de Resurrección se acerca envuelto en el silencio del confinamiento. La Semana Santa avanza sin la marcha de sus pasos, sin el ruido de sus tambores y de las oraciones que rodean al sentimiento de esta tradición a lo largo de toda España.
Elche vivió desde el confinamiento un Domingo de Ramos diferente, por no decir triste. La artesanía de la palma blanca se quedó almacenada en el frío de los talleres, alejada del calor de la gente. El trabajo de todo un año se fue al traste por culpa del maldito coronavirus. También el esfuerzo de las cofradías, de los mayores y de los pequeños.
Este domingo será el turno de las Aleluyas, a dos días de que se cumpla el primer mes del estado de alarma. Todos se hacen a la idea de que la normalidad tardará en llegar a la calle, a cada hogar. Por eso, dadas las circunstancias excepcionales, toca adaptarse al medio.
La artista ilicitana Pepa Ferrández ha compartido sus dibujos para que mayores y pequeños se unan en su confinamiento para elaborar sus propias aleluyas. Y desde el colegio José Ferrández Cruz, al que da nombre el exalcalde de Elche y padre de esta pintora, las profesoras Geli Jover Antón y Dolores Ojeda han elaborado un vídeo para mostrar cómo se pueden confeccionar estos símbolos representados en papel, que en esta ocasión no deben lanzarse a la calle, sino colgarse de balcones y ventanas para dar colorido sin añadir trabajo extra a los servicios de Limpieza.
La procesión de las aleluyas es una de las antiguas de Elche, desde 1531, pero fue en 1790 cuando se incorporó la imagen de Jesús Resucitado a la de la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad.
Elche es una pocas poblaciones de España que han mantenido esta tradición. Su origen está en el antiguo gremio que imprimía papeles de colores con la palabra aleluya (alegría) y las lanzaban al aire en el momento del Canto de Gloria para demostrar su júbilo ante la resurrección de Jesús.
Con el tiempo, estas estampas con la palabra aleluya fueron sustituidas por símbolos o imágenes religiosas de la Semana Santa Ilicitana o de la procesión de las Aleluyas.