“La gota fría es lo que más preocupa del cambio climático en el Mediterráneo”
El científico alicantino, experto en desastres naturales, advierte sobre el incremento de fenómenos meteorológicos extremos en la provincia
Jorge Olcina (Alicante, 1966) es director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Su labor se centra, desde hace 27 años, en el análisis geográfico del sureste español y en la investigación acerca de los desastres naturales. Recientemente, fue galardonado con el premio Importante del Diario Información por su labor contra la emergencia climática. Su gran preocupación reside en el deshielo del Ártico y sus consecuencias en el litoral mediterráneo.
El deshielo del Ártico es uno de los grandes problemas que atrae numerosas consecuencias en todo el mundo, ¿cómo afecta especialmente en la provincia de Alicante?
Hay dos problemas del cambio climático que me preocupan mucho: uno es el deshielo del Ártico y otro, el calentamiento del mar Mediterráneo. Estos procesos son los que están incentivando el calentamiento térmico en el litoral. La pérdida de temperatura del Ártico provoca irregularidades en las borrascas que entran desde el Atlántico formando bolsas de aire frío que dan origen al fenómeno que más preocupa: la gota fría.
En uno de sus artículos sobre el diagnóstico del litoral mediterráneo, en 2016, apuntaba a la lentitud de los políticos ante el calentamiento del planeta, ¿lo mantiene?
Quizás aprendemos a golpe de desastre. En los últimos años, ha habido fenómenos extremos muy frecuentes y ahora es cuando la administración se ha puesto las pilas. Estamos pendientes de la elaboración de una ley de cambio climático en el parlamento español, mientras que las comunidades ya trabajan en estos procesos. En Europa, España va retrasada; hay países del centro que llevan años trabajándolo y aquí nos incorporamos mucho después. A las ideologías conservadoras les cuesta activar medidas contra el cambio climático. Por ello, hemos pasado unos años en los que este tema no preocupaba nada.
El pasado mes de diciembre, en la Jornada Meteorológica de Apunt, mencionó que está cambiando la forma de llover, ¿de qué manera?
Antes sabíamos que llovía en ciertas épocas del año, pero ahora puede caer un gran temporal en cualquier momento. En apenas una hora podemos alcanzar los 200 litros provocando inundaciones; la causa es el calor del mar que transfiere más vapor de agua, condensa de forma más enérgica y las nubes descargan el agua de golpe. Los estudios hablan de un clima más extremo, de modo que debemos ser conscientes y prepararnos para ello.
En esa jornada, hablaba de la lección de la sociedad y del Gobierno ante lo ocurrido, ¿considera que hemos aprendido algo?
Cada vez tenemos más información en los medios de comunicación y la sociedad está concienciada de que algo está pasando, pero el siguiente paso es la acción política. Tenemos que empezar a desarrollar políticas de adaptación y creo que la administración tanto estatal, regional como local lo empieza a entender. Ahora negar el cambio climático sería una barbaridad; todo el mundo reconoce que ocurre algo anómalo y tenemos que tomarnos en serio las futuras medidas.
¿Cuáles son las medidas que se deben llevar acabo tras los daños causados por el temporal en la Vega Baja?
El objetivo es generar territorios resilientes, territorios que sean capaces de sobreponerse a un episodio como el de la gota fría de la forma más rápida. Es un problema con el que tenemos que trabajar los próximos años en el litoral mediterráneo.
El sector agrícola pide menos palabras y más hechos. ¿Cree que las Cortes Valencianas están tratando de manera efectiva los daños causados en la Vega Baja?
La declaración de zonas catastróficas y la presentación de la documentación para recibir la ayuda son procesos muy farragosos. Por lo tanto, creo que a la vista de lo ocurrido hay voluntad política, pero es la cuestión administrativa la que retrasa la entrega de esas ayudas.
En un artículo que publicó sobre la costa mediterránea, criticó el crecimiento y descontrol urbanístico en el litoral destacando a Alicante y Castellón, que hoy son dos de los municipios más afectados por el fuerte temporal. Sabiendo que eran zonas de riesgo, ¿por qué cree que no se aplicaron medidas correspondientes?
Son ocupaciones de los años 40 y 50, entonces no había normativa ambiental en España y se era muy permisivo para dar licencias de obra en sitios que hoy en día sería impensable. Ahí está el problema de gestión de esos territorios de riesgo, ahora nos toca solucionar lo que se hizo en décadas pasadas.
Aquellas personas que tienen sus viviendas en zona de riesgo, ¿deberían desalojarlas permanentemente?
Si la vida de las personas corre mucho riesgo sería el ayuntamiento quien debería realizar acuerdos con los afectados y ofrecerles terrenos para hacer atractivo ese cambio. Hace unos años, el gobierno valenciano aprobó el Pativel, un plan de protección del litoral que persigue preservar aquellos espacios que no fueron urbanizados. A pesar de ello, tenemos una costa muy ocupada y es un gran reto.
¿Qué tiempo nos espera para el día de mañana?
Nuestro clima está perdiendo confort y se está manifestando en forma de veranos, primaveras y otoños más cálidos. Lloverá menos días al año, pero se concentrarán cantidades muy intensas en pocas horas. El calentamiento del Mediterráneo es uno de los motivos y es que un mar cálido para el turismo es muy agradable, pero a efectos meteorológicos es un mar potencialmente inestable.