DE ELCHE Y DEL ELCHE

Jonathas y Nino, dos mundos unidos en un buen guion para soñar

Alejandro Torrús. periodista de Público, opina sobre la trayectoria del Elche CF en la Liga y la llegada de Jonathas a la plantilla franjiverde

Alejandro Torrús

Madrid |

Jonathas de Jesus posa con la camiseta del Elche CF en su segunda etapa como futbolista franjiverde. | Sonia Arcos - Elche CF

Era el 7 de marzo de 2015. Estadio Martínez Valero. El Elche lleva cuatro jornadas seguidas puntuando y alejándose del descenso. Eran tiempos de Primera. Llegaba a casa un Almería, rival directo, con bajas importantes. Minuto 5. Jonathas de Jesus encara a Ximo Navarro. Y genialidad. El brasileño realiza una elástica que deja plantado a su defensor y le permite poner un centro al área que cabecea el más bajito del lugar: Víctor Rodríguez. Y gol. El partido terminaría así: 1-0. Con grandes actuaciones de Aarón y Pasalic. Eran los mejores momentos en el siglo XXI del Elche CF.

Han pasado cinco años desde aquel instante en el mundo real. En la realidad espacio temporal del Martínez Valero bien parecieron haber pasado varias décadas. El trauma del descenso administrativo, la caída a los infiernos, los bandazos en Segunda B hasta la llegada de Pacheta. Ahí se abrió un nuevo mundo para los franjiverdes. Nino se volvió a vestir de héroe en aquella semifinal contra el Sporting B. Y después llegó el ascenso.

Pacheta convirtió al Elche en un proyecto con sentido, un equipo que comenzó a gustar y a enganchar. En el mundo real solo habían pasado tres años desde el trauma y un año y poco desde la llegada del míster, pero, en el calendario ilicitano, Pacheta ya era el guía desde tiempos inmemoriales. El relevo de Escribá. Su capacidad de construir equipo dio personalidad a equipo, club y afición. Gonzalo Villar era la perla de un equipo que crecía cada semana y que tenía a Nino como baluarte del sentimiento y valores.

Los dos tiempos, el real y el franjiverde, se cruzaron el pasado fin de semana. Gonzalo Villar marchaba a la Roma, Qasmi al Rayo, mientras que los dos protagonistas de aquel gol regresaban a casa. Dos mundos que se juntan y que ahora están a disposición del técnico. El equipo de trabajo, voluntad y esfuerzo diseñado por Pacheta con Nino como máximo exponente y dos de los jugadores más talentosos de aquel Elche de Primera.

La realidad ilusiona. No obstante, tampoco hay que olvidar que Pacheta pidió tocar el equipo lo menos posible. No quería salidas y ha tenido dos muy delicadas. La operación también tiene riesgos. Y no hay que desdeñarlos. Se ha ido el organizador del equipo, el talento en el centro y también uno de los jugadores que enganchaba. A Villar le queda mucho por desarrollar, pero fue un placer y un lujo acompañarle en su crecimiento. Qasmi tenía uno de los mejores registros en efectividad goleadora. Chutaba poco, pero cuando lo hacía finalizaba bien. Y, además, aportaba mucho más que gol. Aguantaba el balón, descargaba a banda, desmarques a un lado y a otro... Un incordio constante que golpeaba bien con ambas piernas.

Pero la actualidad ilicitana es que el que ha llegado hoy a casa es Jonathas. Y la ilusión se palpa. Hay razones. Nino y Jonathas son dos de los mejores delanteros, sino los mejores, que han vestido jamás la camiseta franjiverde. El primero, por sus números y dedicación. El segundo, por sus goles y plasticidad en una única temporada. Queda mucho por delante, mucho trabajo por hacer y la seguridad de que es muy complicado mejorar lo que ya están haciendo Pacheta y los suyos.

Pero no sé. Nino y Jonathas. Jonathas y Nino. Parece un buen guion para una película de ascenso.