Elche cumplió un nuevo Viernes Santo con la tradición de la Trencà del Guió y el resultado de la ancestral representación fue contundente: este 2024 será un buen año para la ciudad ilicitana ya que el ‘guió’ se rompió al tercer bandazo y en el primer intento del ‘trencaor’, responsabilidad que este año ha recaído en Miguel Ángel Crespo (Hermandad de Pasión y Merced).
El ‘trencaor’ ha encabezado una tripleta de la que también han formado parte como damas electas Nereida González (Cofradía de Nuestro padre Jesús de la Bondad) e Inmaculada Crespo (Hermandad de la Flagelación y Gloria de Elche).
La Plaça de Baix registró un año más un lleno absoluto de público para presenciar en directo la representación de la Trencà del Guió, que tiene lugar en el transcurso de la Procesión General de Viernes Santo de la Semana Santa ilicitana, siendo ese acto una de las señas de identidad diferenciadas de la Semana de Pasión del municipio.
La Trencà del Guió se lleva a cabo cuando llega a la Plaça de Baix la Virgen de los Dolores, momento que este año ocurrió poco después de las 23:30 horas.
Qué es la Trencà del Guió
La Trencà del Guió representa el vasallaje de la ciudad de Elche hacia la Virgen, en la noche del Viernes Santo. El acto lo llevan a cabo al término de la procesión general de Hermandades y Cofradías y del Santo Entierro tres cofrades en representación de toda la familia de la Semana Santa ilicitana y la tradición apunta que una buena rotura del ‘guió’ es presagio de un buen año para la ciudad.
Se trata de una ceremonia cuyas primeras referencias para su significado aparecen en el siglo XVIII, si bien no ha sido explicado en su totalidad. Hasta la mitad del siglo XX eran las insignias de todos los pasos las que se inclinaban ante la Virgen, pero todo parece apuntar hacia una especie de rendición de vasallaje de las diferentes clases sociales de la ciudad a los nobles, primitivos responsables del paso de la Dolorosa. Era uno de estos nobles quien, en nombre de todos, rompía el guión negro, el luto por la muerte de Cristo, como signo de su futura Resurrección.