Los meses de enero y febrero se prevén intensos para el Atticgo Club Balonmano Elche. El conjunto dirigido por Joaquín Rocamora afrontará dos partidos por semana con la llegada de la fase de grupos de la European League y el regreso de la Liga Guerreras Iberdrola. Las franjiverdes tienen por delante un calendario exigente, pero se lo toman como una recompensa al gran 2024 realizado.
El equipo ilicitano recibe este miércoles al Balonmano Zuazo en el Esperanza Lag. Prácticamente sin tiempo para recuperarse, tocará viajar hasta Rumanía para jugar el domingo ante el Dunarea Braila. Será el debut en la fase de grupos de la segunda competición a nivel continental.
El debut en la European League en casa llegará el sábado 18 de enero. El CBM Elche recibirá al Thüringer alemán en el Esperanza Lag. Una semana después, el sábado 25 de enero, volverá a actuar de local contra el Larvik noruego. El grupo es complicado, con rivales históricos y de prestigio, pero el Atticgo confía en hacer un buen papel.
Mientras tanto, el equipo franjiverde no se puede descuidar en la competición doméstica. Cerró 2024 con un triunfo importante en Morvedre en el derbi regional y quiere seguir escalando posiciones en la tabla. Es un año de transición, con una plantilla joven y con muchos cambios, pero el CBM Elche está respondiendo.
