Veintiún años de prisión. Esa es la condena que la Audiencia Provincial de Alicante ha impuesto al hombre que el día 25 de diciembre de 2021 asesinó en Elche de un disparo en la cabeza a su expareja sentimental en una vivienda del barrio Los Palmerales.
Ese asesinato dejó huérfanos de madre de dos niños.
Francisco, que así se llama el condenado, tenía 20 años cuando cometió el crimen, acabando con la vida de Yolanda, una mujer de nacionalidad paraguaya con la que había mantenido una relación sentimental.
El asesinato fue juzgado por un Tribunal con Jurado Popular el pasado mes de octubre que dictó un veredicto de culpabilidad y ahora se ha emitido la resolución que le condena a cumplir 20 años de prisión por el asesinato con la agravante de discriminación por razón de género y otro año más por tenencia ilícita de armas, al considerarse demostrado que no tenía licencia para la pistola de calibre 9 con la que disparó en la cabeza a la víctima.
Además, la sentencia le obliga a indemnizar a los hijos de la víctima en la cantidad de 150.000 euros, mientras que a la madre y a la hermana deberá compensarlas con la entrega de otros 75.000 y 30.000 euros, respectivamente.
La sentencia no es firme por cuanto contra la misma se puede recurrir en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
La sentencia concreta que el acusado y la víctima, que habían iniciado una relación sin convivencia unas semanas antes, en noviembre, se pelearon en las horas previas al suceso porque ella le comunicó que quería romper la relación debido a la situación de control y dominio a la que se veía sometida por el condenado.
En esa discusión, ambos quedaron para verse en el domicilio en el que él residía en la madrugada de Nochebuena a Navidad del año 2021. La resolución añade que cuando la mujer llegó a la vivienda, poco antes de las 01:30 horas, el condenado la esperaba en el interior del dormitorio, le disparó en la cabeza mientras ella se descalzaba y sin que tuviese “la posibilidad de defenderse”.
A continuación, añade la sentencia, al ahora condenado comenzó a hacer llamadas telefónicas a conocidos para que le ayudasen a deshacerse del cadáver, aunque no logró la asistencia de nadie.
En la tarde del día 25 de diciembre llamó a su abogado, con el que concertó una cita para explicarle lo sucedido, que fue quien llamó a la Policía Nacional para informar sobre el cadáver, que aún se encontraba en el domicilio del autor del crimen.
Tras varios días de búsqueda finalmente fue detenido en una vivienda de Elche en la que había un prostíbulo, donde se atrincheró con varios rehenes y donde protagonizó un tiroteo en el que usó un subfusil de asalto Kalashnikov para disparar a dos agentes de la Policía Nacional ilicitana, sin herirles.
