Han pasado más de cinco años desde aquel 14 de febrero de 2016 en el que una parada cardiorrespiratoria cambió la vida de Aarón Soler y de toda su familia. Ese día, este joven muchacho de 19 años se encontraba jugando al fútbol con su equipo, en un partido de la Liga Local, en la Ciudad Deportiva ‘Juan Ángel Romero Isasi’ sin saber que todo iba a cambiar en cuestión de unos minutos.
Aarón cayó fulminado al césped y el tiempo que tardaron las asistencias médicas para llegar a ese terreno de juego fue determinante en las secuelas que han provocado un grado de discapacidad del 66% en este muchacho ilicitano. La Ciudad Deportiva no disponía de retén sanitario para atender a los centenares de niños y niñas, hombres y mujeres, que cada fin de semana practican actividades deportivas en sus instalaciones.
Cinco años después de aquel desgraciado incidente, la Conselleria, el Ayuntamiento de Elche y el seguro contratado para cubrir las incidencias producidas en el interior de la Ciudad Deportiva se han lavado las manos. El Consell lo ha hecho a instancias de los informes remitidos desde el Consistorio ilicitano, que se ampara en que en ese momento sólo había 168 personas dentro de sus instalaciones y que, por tanto, no era necesario contar con asistencias sanitarias.
Lo cierto es que resulta poco menos que imposible dar veracidad a esta aproximación a sabiendas que en la Ciudad Deportiva no existen tornos en los accesos para controlar el aforo y que la magnitud de la instalación, con sus diferentes campos de juego y múltiples disciplinas deportivas, suelen acoger a miles de usuarios durante el fin de semana, como tras lo sucedido reconoció el propio alcalde Carlos González.
La cifra de 168 usuarios es clave. ¿Por qué? Porque la Ley 14/2010 de la Generalitat Valenciana, que regula el uso de los espacios públicos y de las instalaciones deportivas, aclara en el Decreto 143/2015 que debe existir asistencia sanitaria si hay más de 200 personas en el interior de la instalación. Casualmente, 32 más de las que casualmente el Ayuntamiento justifica en sus informes para evitar tener que hacer frente a la reclamación patrimonial que reclama la familia de Aarón Soler.
Una indemnización, la reclamada por la familia de Aarón, que en ningún caso “va a servir para devolver la vida que tenía antes de sufrir esta desgracia”, aclara su padre, pero que “al menos podría permitir hacer frente a sus terapias, gastos ocasionados, al cambio de vida que ha sufrido y a poder acercarse a una vida digna después de haberse quedado sin carrera universitaria, sin deporte, sin novia, sin amigos y sin un futuro como el que él esperaba”, afirma Octavio Soler.
La versión del padre de Aarón Soler rompe el silencio de una familia a la que la vida varió por completo en 2016 y a la que ahora, después de tantos mensajes de apoyo institucional, parece que se le da la espalda. Por ello, ante la postura del Ayuntamiento de Elche, prepara una demanda para depurar responsabilidades. Por suerte, cuatro días después de aquel trágico 14 de febrero el retén sanitario y la asistencia a deportistas se recuperó para siempre. Lo peor es que tuvo que ser a partir de esta desgracia.