La Comisión Europea ha propuesto este miércoles crear un sistema de indicaciones geográficas para dar a los productos industriales o artesanales, como el calzado de Elche o los cuchillos de Albacete, una protección en toda la Unión Europea (UE) como la que tienen ya algunos productos agroalimentarios.
Este sello, que servirá para distinguir los productos fabricados en una cierta región y con un proceso concreto, busca proteger a los productores frente a las falsificaciones, ayudarles a comercializar sus creaciones y preservar tanto el saber hacer de los artesanos como los puestos de trabajo que generan, con frecuencia en regiones rurales y pequeñas empresas.
El sistema europeo, que Bruselas quiere tener en vigor en 2024, sustituiría a los esquemas nacionales de indicaciones geográficas que ya existen en 16 Estados miembros, incluida España, para productos industriales y artesanales, de modo que la protección se aplicaría en toda la UE y los fabricantes no tendrían que solicitarla en cada país.
Bruselas calcula que unos 800 productos en toda la UE podrían beneficiarse de este nuevo sello, entre los que menciona los cuchillos de Albacete, el mueble de Sonseca (Toledo), el calzado de Elche, la cerámica de Totana o de Lorca en Murcia o las espardeñas catalanas en el caso de España, que es uno de los países con mayor potencial para recibir esa protección, según la Comisión. También los diamantes de Amberes o el encaje de Bintje de Bélgica, el ámbar báltico de Polonia, la cerámica de Delft holandesa, la porcelana de Herend húngara, el "tweed" de Donegal en Irlanda, la piedra caliza de Vratsa en Bulgaria, o los cuchillos de Solingen en Alemania o de Puukko en Finlandia.
"Europa tiene un patrimonio excepcional de productos artesanales e industriales de renombre mundial. Es hora de que los productores del sector se beneficien de un nuevo derecho de propiedad intelectual como el que existe para los de productos alimentarios y vino, que permitirá aumentar la confianza en sus productos y mejorar la visibilidad garantizando la autenticidad y reputación", ha señalado el comisario de Industria, Thierry Breton, en un comunicado. Para ser reconocidos como indicación geográfica protegida los productos deberán cumplir tres condiciones: venir de una región o área específica, tener una característica o reputación concreta que sea atribuible a este origen y que al menos uno de los pasos en el proceso de fabricación se lleve a cabo en ese territorio.
Pedir protección a la EUIPO
Los fabricantes tendrán que pedir primero protección a nivel nacional y, después, a nivel europeo a la Oficina de Propiedad Intelectual (EUIPO) de Alicante, que decidirá si les concede la indicación geográfica protegida en toda la UE, lo que permitirá a los productores usar la etiqueta europea para identificar sus productos y también dominios específicos en Internet.
Bruselas cree que el sistema, además de proteger frente a la competencia desleal, ayudará a mejorar la información y reputación de estos productos entre los consumidores, impulsará las exportaciones a terceros países, sobre todo Estados Unidos y China, y permitirá salvaguardar el empleo ligado a estos sectores en ciertas regiones y dar un empujón al turismo. Como ocurre ya con los productos agroalimentarios, esta protección se defendería también en los acuerdos comerciales con terceros países.
La propuesta, que aún tiene que recibir el visto bueno de la Eurocámara y los Estados miembros, lleva años siendo reclamada por asociaciones de fabricantes y regiones de toda la UE, incluidas las españolas, que en 2021 firmaron una declaración en el seno del Comité de las Regiones en la que abogaban por esta regulación.