El centro de infancia de Elche cuya gerente ha sido detenida por la Policía Nacional tras abofetear a una niña de 18 meses y dejar sola, llorando y desasistida en la terraza del centro a una bebé de ocho meses, funcionaba con una autorización como guardería y no tenía condición de escuela infantil, que es como se presentaba ante los padres de los menores que atendía.
Las diferencias son sustanciales entre ambas tipologías de centro y radican básicamente en que la escuela infantil despliega un proyecto educativo y la guardería no lo hace.
A grandes rasgos, la guardería es un lugar donde los niños son cuidados mientras sus padres trabajan, mientras que una escuela infantil sigue un proyecto educativo concreto, cuenta con personal especializado y debe seguir la normativa de seguridad para niños de 0 a 3 años dictada por la Conselleria de Educación.
En el caso del centro cuya gerente y trabajadora del mismo ha sido detenida, la autorización como guardería fue concedida con el Ayuntamiento en 2017 y, al parecer, no consta que solicitase la licencia para ejercer como escuela infantil.
La guardería está cerrada y a tenor de lo ocurrido, aunque se tienen que resolver todos los flecos administrativos y judiciales, se antoja bastante complicado que pueda reabrir sus puertas.
Frente a esas situaciones, a la hora de matricular a sus hijos en un centro infantil y para comprobar si se trata de una guardería o de una escuela infantil, padres y madres pueden exigir al centro en cuestión que les muestre la documentación que constate qué instalación es.
Así, por ejemplo, si desean una escuela infantil deben de contar con un documento expedido por Conselleria de Educación que lo constate. También pueden solicitar, y es obligado que se les exhiba, acreditaciones como que el personal del centro cuenta con la titulación superior en educación infantil e incluso la universitaria.