La Comisión de Urbanismo del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos se ha mostrado contraria al proyecto de renaturalización de la ladera del río Vinalopó a su paso por Elche en las condiciones en las que se ha estado planteando con la supresión de la solera de hormigón que hay en todo el recorrido de la misma.
En este sentido, la citada comisión defiende que “una actuación en el cauce como la que se ha propuesto, si bien incorpora aspectos positivos como el aumento de la superficie cubierta por especies vegetales, como contrapartida afecta directamente a la capacidad hidráulica de la sección actual del cauce”. Añade que “sustituir un canal con revestimiento de hormigón por otro vegetado implica que la sección del cauce debería, al menos, triplicar la actual para mantener su capacidad hidráulica ante crecidas” de agua que es una circunstancia que, según insiste, “resulta muy complejo dada su estrechez” en el tramo urbano. Además, señala que en caso de no llevarse a cabo esa ampliación de la sección del cauce del río y de eliminarse el cemento de la ladera, “en caso de una crecida, el agua inundaría las zonas circundantes”, lo que conllevaría un alto riesgo de tener que asumir “consecuencias en términos de pérdidas materiales y humanas”.
También motivos de salubridad
Por otro lado, desde la Comisión de Urbanismo del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos se ha insistido en que deberían de analizarse cuestiones relacionadas con la salubridad ya que el caudal de agua que circula por el cauce del Vinalopó “es bajo y de muy baja calidad” lo que supone que, ante una actuación como la propuesta, “el agua quedaría estancada en diversos puntos, generando con ello zonas de proliferación de mosquitos”, entre otros insectos, “como ya ocurre, por ejemplo, en la zona próxima al puente del Bimilenario durante el verano”.
“También se ha de considerar los costes de mantenimiento. En la actualidad, se reducen a limpiar varias veces al año el canal por el que circula el agua. Por contra, un cauce con vegetación requiere de un aumento de las labores de mantenimiento, por ejemplo, para retirar restos que puedan obstruir, en caso de crecida, otras partes del cauce como podría ser el puente de Barrachina y evitar desbordamientos”, concluye la Comisión de Urbanismo del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.