Cruz Roja y el Ayuntamiento de Elche han firmado un convenio para mejorar las condiciones de 460 estudiantes con discapacidad en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). La iniciativa costará 11.000 euros y servirá para ofrecer mayores recursos educativos y nutricionales.
La acción entre las dos entidades dará recursos a un proyecto con cuatros líneas de actuación que se llevará a cabo en el curso 2024/2025. De esta forma, Cruz Roja pretende fortalecer los servicios ofrecidos por los los Centros de Educación Especial (CEE) y Centros de Discapacidad Sensorial (CDS) mediante el aumento de comida; mantener un flujo de combustible estable que garantice el transporte escolar e implantar formaciones específicas para la atención en materia de nutrición y seguridad alimentaria.
En este sentido, se pretende aumentar la seguridad alimentaria de los centros educativos a través de nuevos equipos de cocina que permitan una manipulación y conservación adecuada de los alimentos. Una necesidad que parece simple pero que es una odisea para los habitantes del campamento que cada vez tienen menos recursos.
Este proyecto beneficiará a estudiantes de los nueve centros de Educación Especial, Discapacidad Sensorial y de Autismo. Desde Cruz Roja se destaca que “de manera indirecta también se verán beneficiadas 2500 personas, especialmente mujeres, quienes habitualmente asumen las tareas de cuidados, al disponer de más tiempo para dedicar a otras actividades y así poder dedicar una mejor atención y cuidado a sus familiar”
Drama en Tindurf
Los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf (Argelia) alojan, desde hace más de cuatro décadas, a 173.600 personas, que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad. Estos campamentos se encuentran en la hamada argelina, una zona caracterizada por condiciones climáticas muy adversas, como temperaturas extremas, fuertes vientos a menudo acompañados de lluvias torrenciales, y movimientos de dunas. Como resultado, los campamentos son enormemente vulnerables a amenazas naturales, hecho constatado en los últimos años.
En 2015, unas inundaciones asolaron los campamentos afectando a más de 17.800 familias. Se perdieron viviendas, bienes y alimentos, lo cual llevó a un mayor empobrecimiento y vulnerabilidad de la población. Además, un total de 276 instituciones vieron sus actividades interrumpidas, incluyendo servicios educativos, clínicas y hospitales, centros administrativos, servicios comunitarios y puntos de distribución. Las pérdidas a nivel institucional se estimaron en más de cinco millones de euros.
La iniciativa del consistorio ilicitano y de Cruz Roja ayudará a paliar la escasez de recursos que sufren los refugiados saharauis y que ya ha sido denunciada por la ONU. Una situación de carencia que también afecta al suministro de agua. Cada familia recibe sólo 17 litros: una cifra muy lejana a los 50-100 litros que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
