Catorce meses de prisión por un delito de maltrato animal; tres años de inhabilitación especial para ejercicio, profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales; y cuatro meses de multa con cuota diaria de seis euros por un delito de abandono animal.
Es la pena que la Justicia ha impuesto al dueño del perro Ragnar que fallecía en el año 2020 en Elche tras ser abandonado moribundo junto a unos contenedores en la partida de Vallongas.
La asociación protectora de animales ‘Huellas Salvadas’ ha ejercido la acusación particular en un proceso judicial en el que también ha sido clave la investigación realizada por la Policía Local de Elche cuyos agentes lograron identificar al dueño del perro e incluso localizar huesos de otros animales enterrados en la finca del procesado.
Eloi Sarrió, del gabinete ‘Aboganimal’, que ha sido el letrado de la Huellas Salvadas, ha valorado este miércoles “positivamente” la resolución judicial tras conocer los detalles de la misma: “Es una sentencia que para lo que vienen siendo las condenas que podemos ver en temas de maltrato animal, es bastante ejemplarizante”, ha afirmado Sarrió que ha subrayado que la resolución “considera probado” que el condenado era el propietario de Ragnar “pese a que carecía de chip”. En este sentido, el letrado ha puesto en valor el eficaz trabajo realizado por la Policía Local de Elche durante la investigación incoada a raíz del abandono de Ragnar.
Además, el abogado de Huellas Salvadas ha considerado “muy importante” la “condena accesoria de inhabilitación tanto para profesión relacionada con animales como para tenencia de los mismos” por cuanto el condenado “trabaja y regenta un centro hípico en el municipio de Elche”.