Investigación

Un estudio del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche halla el posible mecanismo que favorece que se produzcan pliegues en la corteza cerebral

Liderado por el científico Víctor Borrell

Onda Cero Elche

Elche | 06.06.2024 14:30

Imagen del cerebro de un hurón que muestra el patrón de plegamiento alterado (izquierda) por mediación de la proteína Cux2.
Imagen del cerebro de un hurón que muestra el patrón de plegamiento alterado (izquierda) por mediación de la proteína Cux2. | UMH Elche

Un estudio del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, que es centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hallado el posible mecanismo que sienta las bases para que se produzcan pliegues en la corteza cerebral.

Desde la institución académica se ha explicado este jueves que ese plegamiento es una característica del cerebro humano que, cuando es defectuoso, conlleva graves problemas de aprendizaje e intelectuales.

El trabajo muestra que las marcas epigenéticas son un mecanismo clave en las instrucciones que reciben los genes para expresarse y formar pliegues. Además, en un modelo animal, se ha encontrado una proteína, denominada Cux2, que tiene la capacidad de alterar el patrón del plegamiento cerebral en hurones e inducirlo en ratones.

La investigación ha estado liderada por el científico Víctor Borrell y en la misma ha participado el laboratorio que lidera el investigador Vijay K. Tiwari en el Instituto Wellcome-Wolfson de Medicina Experimental de la Queen’s University de Belfast (Reino Unido).

Investigadores implicados en el estudio del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche.
Investigadores implicados en el estudio del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche. | CSIC

El trabajo, publicado en la revista ‘Science Advances’, ha demostrado que las marcas epigenéticas son un mecanismo clave en las instrucciones que dan lugar a los pliegues de la corteza cerebral y que la proteína Cux2 juega un papel determinante en este proceso.

“Al principio la corteza es lisa, pero hay unas zonas que crecerán muchísimo y darán lugar a giros; mientras que al lado hay otras áreas que crecerán menos y quedarán hundidas, formando un surco”, ha explicado el investigador Borrel que ha añadido que “esto se debe a que hay miles de genes que se expresan en la corteza del embrión mientras se está desarrollando, pero no lo hacen en la misma cantidad en todas las zonas”.