El expediente se somete a exposición pública

La Generalitat inicia el trámite para declarar BIC el yacimiento La Picola de Santa Pola

Está enclavado junto a la carretera que une la localidad con Elche, a la altura del Cementerio Municipal

David Alberola García

Elche |

Plano con la delimitación del yacimiento arqueológica La Picola de Santa Pola. | Onda Cero Elche

La Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana ha incoado expediente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de zona arqueológica el yacimiento La Picola de Santa Pola, de cuyo trámite se encargará la Dirección General de Cultura y Patrimonio.

Así lo recoge la resolución de la conselleria por la que se somete a información pública el expediente abierto que este miércoles publica el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.

El inicio de ese trámite supone la suspensión del otorgamiento de licencias municipales de parcelación, urbanización, construcción, demolición, actividad y demás actos de edificación y uso del suelo que afecten a la zona arqueológica y a su entorno de protección. También quedan suspendidos los efectos de las licencias que pudieran estar otorgadas.

El yacimiento arqueológico La Picola se encuentra ubicado en el paraje del mismo nombre, en unos terrenos propiedad del Ayuntamiento de Santa Pola, enclavados junto a la carretera Elche-Santa Pola, a la altura del Cementerio Municipal.

Las zonas que comprende el yacimiento están clasificadas como bienes inmuebles con la consideración de bienes de relevancia

Local y los espacios de protección arqueológica abarcan una factoría romana de salazones, un yacimiento romano de la avenida Portus Illicitanus y la zona arqueológica del Portus Illicitanus y antiguo Cementerio.

La Picola es una fortificación ibérica con características de urbe comercial y militar, con una continuidad habitacional que va desde el siglo V a.C. hasta el VI d.C. Muestra el proceso de adaptación al mundo romano y a las circunstancias históricas dominantes.

En la zona se ha documentado un amplio conjunto arqueológico en el que se diferencian distintas fases, desde la época ibérica hasta la bajoimperial. Entre los elementos identificados hay un fortín o poblado amurallado de época ibérica de 2960 metros cuadrados de superficie, que se eleva a los 6570 metros cuadrados si se incluye el sistema defensivo. La fortaleza está totalmente excavada solo en su esquina noroccidental y sondeada en distintos tramos, por lo que el conocimiento del conjunto, se limita a menos de un 50%.

También han salid a la luz almacenes y estructuras portuarias de los siglos II-III d.C., que coinciden con la época del desarrollo portuario.

Del mismo modo, en la zona se ha detectado una generalizada dispersión de enterramientos que en algunas áreas generan concentraciones que han ofrecido cronologías de los siglos III-IV d.C. Se trata por lo general de inhumaciones en fosa en los que el cadáver se deposita en ánfora, caja o a la capuccina, con escasos ajuares.

Por otro lado, hay descubierta y excavada en parte construcciones romanas relacionadas con una factoría para la producción y venta de garum, que fue una salsa en la antigua Roma elaborada a base de vísceras y sangre de pescado.