El Instituto Tecnológico del Calzado, Inescop, que tiene sede en Elda, tiene abierta una investigación encaminada a encontrar una vía para transformar en recursos renovables de aplicación en los sectores calzado, agroalimentarios y cerámico de la Comunitat Valenciana los residuos que constituyen los huevos de gallina que se rompen en los centros de embalaje.
A partir de la cáscara del huevo, tras ser tratada la misma con calor, se obtiene biocarbonato cálcico, que es un material que podría emplearse como submateria prima en la fabricación de suelas de calzado y en la composición de fritas para baldosas cerámicas.
Los investigadores confían en que el proyecto impulsado por INESCOP contribuya a mejorar la competitividad de las empresas valencianas avícolas productoras de huevo a través de un nuevo modelo de simbiosis industrial con otros sectores valencianos de gran relevancia económica como son los agroalimentarios, cerámico y del calzado.
Además, los recursos renovables generados contribuirán al desarrollo de nuevos productos sostenibles en los sectores del calzado y la cerámica, permitiendo a las empresas valencianas avanzar hacia la descarbonización de los sectores industriales.
Se estima que en la Comunitat Valenciana se rompen cada año más de 2300 toneladas de huevos rotos en el proceso de envasado, que podrían ser susceptibles de ser transformadas en la nueva materia prima para las industrias del calzado y la cerámica, así como para su uso en jardinería.