Científica del Instituto de Neurociencias

La investigadora Guillermina López-Bendito se convierte en miembro de la Organización Europea de Biología Molecular

Por su trayectoria y logros en el campo de las Ciencias de la Vida

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Guillermina López-Bendito, investigadoras del Instituto de Neurociencias de la UMH de Elche. | Universidad Miguel Hernández de Elche

La Organización Europea de Biología Molecular ha admitido a Guillermina López-Bendito, investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche en reconocimiento a sus logros en el campo de las Ciencias de la Vida.

López-Bendito se ha convertido así en la cuarta investigadora del Instituto de Neurociencias en pertenecer a esa organización creada en 1964, que cuenta con 1800 miembros de todo el mundo de los que 88 son premios Nobel.

Guillermina López-Bendito es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Alicante. Se doctoró en el Instituto de Neurociencias, que es centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la UMH.

A lo largo de su corta pero intensa carrera, ha publicado más de 50 trabajos en revistas científicas de gran impacto.

El último, publicado en la revista Science en mayo de 2019, mostró que el sentido del tacto se activa en el cerebro antes de nacer.

Desde 2007, López-Bendito dirige su propio laboratorio y grupo como investigadora científica del CSIC en el Instituto de Neurociencias, dentro de la Unidad de Neurobiología del Desarrollo.

La línea de investigación de su grupo (Desarrollo, Plasticidad y Regeneración de los Circuitos Talamocorticales) ha recibido numerosos reconocimientos.

Entre esos galardones, destacan el Premio Joseph Altman en Neurociencia del Desarrollo (2018), por su trabajo sobre circuitos tálamo-corticales, implicados en procesos como la percepción sensorial o la consciencia. Y el prestigioso Premio internacional IBRO-KEMALI para investigadores menores de 45 años (2017) por sus "contribuciones excepcionales" al estudio del desarrollo y plasticidad de las conexiones entre el tálamo y la corteza cerebral, las más importantes en el cerebro para el procesamiento de la información sensorial.

Su línea de investigación se centra en averiguar cómo se forma una de las conexiones cerebrales más complejas en el sistema nervioso central de los mamíferos: la denominada tálamo-cortical. El tálamo es la vía de entrada al cerebro de la mayoría de los sentidos.

Desde aquí, la información es transmitida con un orden determinado (topográfico) a la corteza cerebral, que es el centro de mando donde se procesa e interpreta la información procedente del tálamo.

Así, el sistema tálamo-cortical da lugar a la percepción de los estímulos que nos rodean y nos permite interpretar el mundo. Además, el grupo que dirige la doctora estudia el desarrollo anormal del sistema tálamo-cortical, que podría estar implicado en algunas enfermedades neurológicas que van desde el autismo a la epilepsia.