Un trabajo desarrollado por investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, que es centro mixto del Consejo Superior deInvestigaciones Científicas (CSIC), ha identificado una proteína, denominada LRP3, que controla los niveles de beta amiloide, la proteína que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer formando las placas que caracterizan a esta enfermedad.
Liderado por la científica Inmaculada Cuchillo, el estudio ha sido llevado a cabo por el grupo ‘Mecanismos moleculares alterados en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias’ del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC del que también forman parte los científicos Javier Sáez, Mathew P Lennol y Sergio Escamilla.
Los resultados de la investigación han sido publicados recientemente en la revista 'Alzheimer's Research & Therapy'.
"Cuando estudiamos la función de LRP3, de la que apenas se conocía nada hasta ahora, descubrimos que influye mucho sobre los niveles de la proteína precursora de beta-amiloide (APP, por sus siglas en inglés)”, ha explicado Cuchillo que ha añadido que “la APP recibe este nombre porque contiene una proteína muy pequeña, la beta-amiloide, que es el principal componente de las placas que se encuentran en abundancia en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer”.
La investigadora ha destacado que “la LRP3 sería un factor beneficioso” ya que “como es capaz de controlar los niveles de APP y de beta-amiloide” puede ser “una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en Alzheimer”.
La investigación, que se ha llevado a cabo con muestras humanas de corteza frontal procedentes del Banco de tejidos del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Bellvitge, analizó la expresión de LRP3 en personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer: "Vimos que en los cerebros de pacientes de Alzheimer los niveles de LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración; es decir, que podían perder este papel protector del LRP3 respecto a los niveles de beta-amiloide al comienzo de la demencia y esto podría ser un lastre durante el desarrollo de la enfermedad porque ya desde el principio se pierde la capacidad de disminuir los niveles de la beta-amiloide y, por tanto, de controlar la presencia de placas seniles en el cerebro", ha afirmado Inmaculada Cuchillo.
El LRP3 es un receptor capaz de unir una proteína llamada apoE. El gen que expresa apoE está muyrelacionada con la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío (comienzo después de los 65 años). La proteína apoE tiene tres formas: apoE2 (la menos común en humanos), que reduce el riesgo de padecer Alzheimer, apoE3, la forma más común, que no parece incidir en el riesgo de padecer la enfermedad y apoE4, que se asocia con un elevado riesgo de sufrir Alzheimer. Los investigadores han descubierto también que ApoER2, otro receptor que, al igual que LRP3, se encuentra en la membrana de las neuronas, favorece el aumento de niveles de LRP3 y por tanto su papel como regulador de la formación de placas amiloides en el cerebro. ApoER2 y LRP3 pertenecen a una misma familia de receptores de lipoproteínas de baja densidad (LDL), que median la captación de lipoproteínas y han sido estudiados clásicamente por su papel en el transporte y el metabolismo del colesterol.
Se sabe que los miembros de la familia de receptores LDL están implicados en la regulación de la plasticidad sináptica y en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer como receptores de la apolipoproteína E (ApoE). "Nuestro interés ahora es precisamente la relación entre ApoE y LRP3. Sabemos que ApoE4 es un factor de riesgo de Alzheimer y sería interesante averiguar su relación con LRP3 y, de forma indirecta, su efecto en los niveles de APP y beta-amiloide. Cada persona tiene una de las formas de ApoE, ya sea ApoE2, ApoE3 o ApoE4, pero todos tenemos LRP3, así que descubrir la relación entre las distintas formas de ApoE y LRP3 es muy importante porque realmente el efecto que observamos de LRP3 sobre APP y la proteína beta-amiloide es bastante drástico y los niveles de estas dos proteínas clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer disminuyen muchísimo", ha concluido Cuchillo.