Un equipo liderado por la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y en el que participa la Estación Biológica de Doñana y el Museo Nacional de Ciencias Naturales, que son centros dependientes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas, ha analizado los patrones básicos de movimientos de buitres leonados en España.
El trabajo reúne información de varias poblaciones de esta especie, tres de ellas monitoreadas por la EBD-CSIC en Andalucía y Bardenas Reales de Navarra, lo que ha permitido obtener datos de un número de ejemplares "sin precedentes".
Para el estudio se marcaron 127 buitres leonados con GPS en cinco regiones diferentes de la España peninsular. Los datos obtenidos indicaron que los individuos se mueven a lo largo del año por áreas muy extensas que alcanzan los 5.000 kilómetros cuadrados de media, pero que en ocasiones se acercan a los 10.000.
Las aves, además, pueden llegar a desplazarse una media de 1.700 kilómetros al mes. El análisis de datos reveló "importantes" diferencias en el área de campeo de los ejemplares en función de distintos factores, como el área de cría, la estacionalidad o el sexo del individuo.
Así, los individuos de las regiones de cría situadas más al norte, en los Pirineos, el valle del Ebro y el Sistema Central, mostraron áreas de campeo más pequeñas y recorrieron distancias mensuales más cortas que las poblaciones situadas en lugares más meridionales, como las sierras de Cazorla o Cádiz. El equipo también detectó diferencias en función de la estación del año.
Las áreas de campeo fueron mayores en primavera y en verano que en invierno y otoño, lo que podría estar relacionado con diferencias en las condiciones de vuelo y las necesidades alimentarias asociadas a la reproducción. Por otra parte, las extensiones de las áreas de campeo también mostraron diferencias en función del sexo del individuo.
Las hembras mostraron mayores áreas de campeo que los machos, lo que indica que estos últimos tienden a utilizar áreas similares durante todo el año. Ello puede determinar, por ejemplo, asimetrías en el riesgo de ambos sexos frente a factores de mortalidad causados por actividades humanas.
Los especialistas sostienen que a partir de esos resultados, “resulta de máximo interés profundizar en cómo varían los patrones de uso de espacio cuando se producen cambios en las condiciones ambientales”. A largo plazo, es también fundamental prever cómo los escenarios de cambios radicales que se están produciendo en las economías rurales, pueden afectar a la viabilidad de las poblaciones de aves carroñeras.
Los resultados obtenidos de este trabajo "demuestran que la gestión de especies que explotan áreas tan extensas no puede plantearse a nivel local" y que "son necesarias estrategias de conservación que garanticen la existencia de recursos tróficos y minimicen riesgos de mortalidad a escala prácticamente continental".
Para ello, según el equipo científico, se requiere la colaboración de administraciones regionales e incluso estatales para evitar asimetrías en la aplicación, por ejemplo, de normativas sanitarias relacionadas con la eliminación de restos ganaderos.