El Elche CF mantiene la calma con el caso Lucas Boyé. La entidad franjiverde tiene asegurado el futuro del delantero argentino, su jugador franquicia, hasta 2026 por lo que, para nada, se ve ante la necesidad de tener que aceptar rebajas en su cláusula de manera obligada ante el peligro de que se marche libre el próximo 30 de junio. Otra cosa es lo que depare el mercado de fichajes.
La ampliación del contrato de Lucas Boyé se forjó tras el fuerte interés que mostró el Sevilla por hacerse con los servicios del delantero argentino, llegando a poner sobre la mesa diez millones de euros más tres en variables. El jugador nunca forzó su salida, si bien era consciente de que este movimiento podría suponer un salto a un club importante de LaLiga y del fútbol europeo.
El Elche se remitió entonces a su cláusula, que en Primera División era de 25 millones de euros, y no aceptó la propuesta que llegó a través de Monchi, director deportivo del Sevilla. El futbolista lo aceptó y el club le premió con una mejora de su contrato y dos años más, hasta el 30 de junio de 2026. Ahora la cláusula de Boyé ha bajado a 15 millones de euros, tras el descenso a Segunda División, y queda todo el mercado por delante para saber qué pasará con su futuro.
El Getafe, en este momento, es el club más interesado en su fichaje, más aún si se confirma la renovación del técnico José Bordalás, que ya le quiso para el Valencia. La operación podría comenzar a estudiarse a partir de los ocho millones de euros y la opción de incluir en la operación algún futbolista interesante para el Elche, como puede ser el caso de Jaime Seoane. Aún es pronto para todo eso y, de momento, Lucas Boyé está citado para volver al trabajo el lunes 3 de julio y ponerse a las órdenes de Sebastián Beccacece.
