La iniciativa para acabar con la acumulación de agua en la carretera que conecta Elche y Santa Pola, la CV-865, comienza a dar sus frutos. Tras 120.000 euros de inversión, la obra acabada este mes, ha demostrado ya su eficacia asumiendo el excedente de agua provocada por las fuertes torrenciales del pasado día 14.
Lluvia era sinónimo de anegamiento para los vecinos y establecimientos de la carretera Elche-Santa Pola; en concreto, los de Atzavares Alto y Bajo. Una asociación que parece ha comenzado a desaparecer con las actuaciones del Ayuntamiento de Elche en la carretera para aliviar la congestión fluvial que se producía, sobre todo, en los meses de otoño.
La reciente obra, comenzada a principios de junio, ha consistido en crear una serie de tuberías e imbornales que dirijan el agua al sur del Camp d´Elx. Esta canalización continuará por el camino viejo de Elche-Santa Pola que acaba en otra propiedad de Riegos de Levante.
Juan de Dios Navarro, concejal de Aguas, ha afirmado que con esta iniciativa se palían los problemas de inundaciones recurrentes en la zona Según el edil, esta segunda canalización “ha permitido que no se creen los problemas registrados en los últimos 30 años ante episodios de lluvias abundantes” que “impedían la circulación por esta carretera”.
Un parche efectivo, pero no una solución definitiva
La reciente infraestructura es una solución provisional financiada con fondos municipales. La actuación definitiva sería la construcción de un tanque de tormenta que pueda drenar el vertido en la zona del barranco: algo que es responsabilidad del Ministerio.
En este sentido, cuando la obra comenzó Pablo Ruz (alcalde de Elche) aseguró que la intervención local se debía a la pasividad del gobierno central para evitar “daños mayores”.
“No podemos esperar a la actuación del Ministerio para realizar la actuación definitiva y ya nos hemos puesto en marcha con esta solución provisional y a corto plazo que esperamos sea útil y eficaz”, aseguraba el primer edil.