La ocupación hotelera en Elche experimentó el pasado mes de enero una caída de veintitrés puntos porcentuales respecto al mismo mes del pasado año, cuando aún no estaba la pandemia. Además, respecto al mes de diciembre del pasado año ha descendido en un 5,5%.
Del mismo modo, según ha explicado la Asociación de Empresas Turísticas de Elche (AETE), la rentabilidad de las habitaciones “continúa bajo mínimos” y el precio medio por plaza hotelera se ha quedado en enero en 46,71 euros, cifra que está muy alejada de los 50,29 euros que se registraban hace doce meses.
Para AETE, el cierre perimetral de los municipios de más de 50.000 habitantes de la Comunitat Valenciana, entre los que se encuentra Elche, ha sido “la puntilla para el turismo de proximidad y el bono turístico”.
Esa circunstancia se suma a “la práctica inexistencia de eventos profesionales, culturales, deportivos o familiares” y ambos factores hacen imposible “que se produzcan picos de ocupación”.
La patronal en Elche del sector hotelero y turístico, añade que “el cierre de la hostelería y el toque de queda nocturno” provocan que “cualquier estancia en la ciudad por motivos de ocio o gastronómicos sea prácticamente impensable” y lamenta que “el escenario empeora porque apenas se han registrado llegadas de viajeros nacionales que se desplazan por motivos profesionales y se alojan en las instalaciones hoteleras entre semana”.
AETE exige medidas valientes
Desde AETE se ha insistido en que “la agonía del sector exige medidas valientes por parte de todas las administraciones, con ayudas directas que eviten el cierre definitivo de los negocios, así como la inmediata eliminación de cargas fiscales y sociales que asfixian a unas empresas que hace mucho tiempo no reciben ingresos”.