El Parque Comarcal de Bomberos de Elche ha despedido este viernes con el honor que se merece a Francisco Vilella, quien fuera su máximo responsable durante dos décadas, entre 1986 y 2006, año en el que se jubiló. Vilella falleció ayer a la edad de 80 años y el Tanatorio de l’Aljub se ha quedado pequeño para decir adiós a una de las personas más importantes de este gremio en la ciudad.
En el haber de Paco Vilella quedará la transición del Parque Comarcal de Bomberos de Elche desde su antigua sede, en el barrio El Pla, en la calle Manuel López Quereda (a espaldas de la Iglesia de San José) para pasar a sus actuales instalaciones, en el inicio de la carretera de Crevillent. En el paso de un siglo al otro pudo vivir, en primera persona, la evolución que vivió su profesión, aunque siempre con un deber común: servir a los ciudadanos.
Entre las cuatro y media y las cinco de la tarde ha destacado la presencia de varias unidades móviles de los bomberos a las puertas del Tanatorio de l’Aljub para despedir a uno de los grandes protagonistas de su historia en Elche. Junto a estas cisternas, camiones y vehículos han estado numerosos miembros del Parque Comarcal de Bomberos de Elche y del Consorcio Provincial de Bomberos, algunos veteranos y otros muchos jóvenes, que han querido rendir así un bonito homenaje a una persona cuya llama nunca se apagará en el recuerdo de su gremio.
El Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante se hizo eco del fallecimiento de Vilella con una destacada publicación en sus redes sociales, acompañadas de un lazo negro: "Hoy estamos de luto, despedimos a Francisco Vilella, jefe del parque de Elche durante 20 de sus 42 años de bombero. Un hombre comprometido, honrado y enamorado de su trabajo de bombero. Deja una grandísima huella entre sus compañeros. Damos un sentido pésame a familia y amigos". Descanse en paz.