El mar tiene mucho de especial que hace que sus efectos sean llamativos para la gente. Todo lo que va más allá del suelo firme tiene un interés que resulta llamativo. Desde las especies que habitan en él, cuando tienden a acercarse a la costa; al impacto que la forma de sus aguas tiene sobre la primera línea de playa; o los efectos, algunos de ellos ópticos, que se producen con los cambios de temperatura. Uno de ellos es el conocido como Fata Morgana y que ha sido noticia esta semana frente a Los Arenales del Sol, en Elche.
La cámara de Alejandro García Raduan captó con su cámara, hace unos días, la imagen de un par de barcos flotando, aparentemente, en el aire. El martes fue un carguero; el miércoles, una embarcación de recreo de menor escala. Dos fotografías que parecen montajes, pero que son “totalmente reales”, como garantiza este fotógrafo residente en Los Arenales del Sol y cuya gran afición es inmortalizar todo lo llamativo que se produce en su entorno.
La imagen del carguero es especialmente llamativa por el tamaño de la embarcación y por el contraste de sus tonalidades sobre el fondo azul del cielo y la piscina de agua que representa el agua del mar Mediterráneo. El efecto se corresponde con el conocido Fata Morgana. El portal divulgameteo.es explica en qué consiste: “Los rayos de luz al atravesar la atmósfera terrestre sufren variaciones en su trayectoria, originalmente rectilínea, curvándose de manera acusada al atravesar capas de aire con diferentes índices de refracción y, en consecuencia, diferentes propiedades ópticas”.
El efecto Fata Morgana, provocado el brusco cambio de temperatura entre capas de aire
En este caso, la última semana de diciembre fue más fría que las anteriores y esos cambios de temperatura ofrecen un escenario propicio para este ‘espejismo’. “La luz procedente del sol se curva tanto más cuanto más cerca esté el disco solar del horizonte. La luz procedente de los objetos que hay en el horizonte se ve afectada notablemente por la refracción atmosférica, dando lugar a los singulares espejismos (…) En condiciones normales, la densidad del aire disminuye con la altura, siendo mayor junto a la superficie terrestre que en los niveles superiores de atmósfera. Sin embargo, es relativamente habitual que el aire pegado junto al suelo se caliente mucho o, por el contrario, que se enfríe bastante con respecto al aire que descansa sobre él, situado en un nivel inmediatamente superior. En tales casos, se producen espejismos inferiores o superiores, siendo estos últimos los que se llaman fata Morgana. Los inferiores serían los que dan lugar en verano a esos ‘charcos’ que parecen surgir en la lejanía sobre el recalentado asfalto de las carreteras”, se explica en divulgameteo.es.
La leyenda de la Fata Morgana, el hada hermanastra del Rey Arturo
Según las leyendas artúricas, Morgan Le Fay –el hada Morgana (hermanastra del rey Arturo)– es la personificación del mal, una mujer fatal que atrapa a los hombres gracias a sus irresistibles encantos y a sus continuas metamorfosis. Para poder observar un efecto fata Morgana como el de la imagen, tiene que haber una acusada inversión térmica en niveles bajos de la atmósfera, cerca del suelo o a la superficie marina.
La curiosa fotografía de Alejandro García Raduan, frente a la costa de Los Arenales del Sol, con efecto espejismo, hace que esos barcos parezcan flotar en el aire. Un efecto, como se ha descrito, que se forma por el contraste térmico de una capa de aire caliente sobre una capa de aire frío cerca de la superficie.
Lo cierto es que la foto no sólo ha despertado la curiosidad entre aquellos que desconocían este efecto óptico para provocar esta escena, sino también debate entre aquellos conocedores del efecto que discrepan en si es o no, en realidad, fata Morgana. Hay quien afirma que por debajo del casco del barco se detecta la línea del horizonte en calma, sin corrientes ni rizaduras provocadas por el viento; la embarcación está sobre esa capa, que apenas se percibe. El efecto fata Morgana se da cuando el barco no se ve sobre el mar, pero sí su reflejo flotando en el aire, a varios metros de la superficie. Siendo precisos, pueden tener razón; si bien el efecto a simple vista provoca el efecto de un barco fantasma volando por encima del mar y sin contacto sobre el agua.
Es evidente que en esta imagen el horizonte marino se confunde con el cielo, pero de lo que nadie duda es de la realidad de la fotografía captada por Alejandro García que ha servido para poner de manifiesto este efecto óptico tan espectacular como, en muchas ocasiones, desconocido.