Se acerca el verano y hay que elegir muy bien a los compañeros de viaje, de cualquier tipo de viaje. Ya sabes, para evitar a ese tipo de personas que sólo quieren saber, como los niños, cuándo llegamos. O peor, los que sólo te hablan para decirte que te has equivocado y que ellos conocían un atajo. Por supuesto no lo dijeron en su momento, se esperaron para confirmar que tú (y no ellos) te habías equivocado. El caso es que con todos tienes que viajar alguna vez, aunque sólo sea para tener claro a quién no quieres volver a tener de compañero.
El viaje del Elche se acabó la jornada pasada, pero como con todos los viajes, hay mucho con lo que me quedo. Incluso con lo malo, porque lo que no te mata no te hace más fuerte, pero te hace más tú, como dice el periodista Sergio Vázquez Jodar. Me quedo con tantas cosas que aquí no caben ni la mitad, pero a bote pronto, me acordaré siempre de algunas que, o bien me hicieron muy feliz, o me hicieron ser más yo mismo.
El presagio
Escuchar en verano desde Nueva York cómo el Racing Club de Ferrol nos recordaba desde bien pronto qué es la Segunda. Como si se nos hubiera olvidado alguna vez. Amarraditos atrás, un golito y a casa. Todo un presagio de lo que venía el resto del año. Y con Lucas Boyé.
Sergio León
El 4 de 6 puntos con su aparición y primeros goles. Y pensar que segundas partes podrían ser buenas, que nos pasaría igual que con Ángel Rodríguez. Pero ni Sergio León es Ángel Rodríguez ni el Elche tenía un Plan B de juego para este Sergio León. Era el todo o nada sobre una idea de juego determinada, una idea en la que este jugador no cabía.
El crecimiento
Esto parece que carbura. La idea empieza a coger forma. Carreira tapando todo, Tete Morente tomando buenas decisiones, Nico Castro con pases que sólo ves en Primera, Mario Gaspar como Pedro por su casa por todo el campo, y el balón circulando cada vez más rápido, casi tan rápido como Nico Fernández Mercau. ¿Cómo podrían parar todo esto los rivales? Spoiler: al final pudieron.
El semi ascenso de Garcés
Historia del fútbol español. ¿Cuántas veces un entrenador ha dicho que si no ganaban un partido se iba? Ese partido iba a ser Andorra, pero ese gol de un chico que tiene de todo menos suerte sólo podía significar una cosa: ascenso.
La lesión
Con mayúsculas. Oscar Plano, ese jugador tan incómodo de ver que siempre quisiste que jugase en tu equipo, se lesiona de gravedad contra Mirandés. Y lo hizo buscando lo que el equipo buscó todo el año, y él ya había encontrado, el gol.
El viaje
Hubo muchos para mucha gente. El mío fue el viaje de ida y vuelta a Vila-real con mi padre. 600 kilómetros en un día. Gol del Burgos en Eibar a la altura de Villena. Estamos en ascenso directo.
La racha
Esa rachita que presuntamente había dado para construir un bloque que podía con todos. Y de hecho, antes incluso de 'la racha', nunca vi a equipos como Levante o Eibar tan perdidos en nuestro estadio, tan desquiciados y tan a la deriva. Pero no teníamos gol y, al final, todos los equipos se dieron cuenta, por lo que no tenían más que jugar a que fuéramos nosotros los que acabasen desquiciados y perdidos. Oviedo, Huesca, Eldense y muchos otros se dieron cuenta.
Los palos
El de Santander, el de Amorebieta, el de Miranda… y sobre todo el palo de fallar una tras otra, durante dos tercios de la liga. Sumando las ocasiones creadas en los dos ascensos con Pacheta y Escribá no llegamos a tantas ocasiones como las que hemos hecho este año. El dato me lo acabo de inventar, pero estoy seguro de que es cierto, o merece serlo.
Orriols
No es casualidad que Orriols sea tan parecido a horror. Oír por la radio desde Navarra cómo nos remontaban un 0-2 en Valencia, fallando incluso el 2-3 en la jugada anterior. Y saber al instante, o al menos intuir, que ahí se había roto algo importante. Vaya si se rompió. En mil pedazos.
Futuro
Descubrir a Febas, a Mendoza, a los Nicos, y pensar que son nuestros. O mejor, que son de los nuestros. Por ahora.
Proyecto
Ver el nuevo estadio planeado en dos años, soñar con los rivales que tendremos en ese campazo y pensar en los partidos que entré a este pagando 'la voluntad' (contra Gramanet, creo recordar), cuando lo llevaban 'los del poble', los que no estaban por hacer negocio.
La remontada
Remontarle dos veces al Albacete a campo lleno, con gol de Mourad y pensar que, tal vez, íbamos a ser nosotros el típico equipo con la racha increíble a final de liga. No lo fuimos, fue el Real Valladolid. Aprendizaje: en fútbol nada significa nada. LA
La señal
Contra Huesca en casa fue el primer partido donde BKCC renunció a ser él mismo, donde jugó con miedo, a que no pasara nada. Fue la primera señal. La segunda, ver cómo (un año más) a todos les entran balones por la escuadra menos a nosotros.
El desplome
De una idea, de un convencimiento, de un discurso. Si la pelota no entra, aquí no se sostiene ni Luis García Plaza por muy bien que lo hagas. Me quedo con la duda de qué habría hecho BKCC con un equipo no ya 'con gol', sino con un Ortuño, un Marcos André o un Alemao. O con un Ponce, por ejemplo.
Me da igual todo
El orgullo de comprarme otra camiseta (la verde, que es muy ponible en verano) en la tienda oficial antes del Eldense, antes de que Timor marcara el mejor gol de la temporada y de su carrera futbolística. Y por supuesto a nosotros, cómo no. El Eldense tiene dos jugadores que suman veinte goles: Ortuño (11) y Soberón (9), por cierto.
La lección
Y de nuevo, el convencimiento de que el fútbol es de los futbolistas, que son los únicos con poder para cambiarlo todo en un par de minutos. Bien lo saben en Zorrilla, donde tenían claro en el minuto 92 que la temporada había sido un fracaso. Porque el Pucela por desgracia tenía a Pezzolano (el único equipo que bajó el año pasado dependiendo de sí mismo); pero también a Sylla (ocho goles), Meseguer (seis goles), Amath (cinco goles) o Marcos André (tres goles), por citar algunos. Y si te preguntas por qué he dicho antes que me conformaba con Marcos André no tienes más que ver su gol en el Real Oviedo 0 – Valladolid 1. Aquí lo único que podemos tener claro es que en el fútbol, o te quedas con algo del camino, o no te queda más remedio que cambiar la R del puro fútbol por una T. La temporada sin gol ha terminado por fin. La temporada que nunca se cantó “BKCC dimisión”, también. La temporada que, en definitiva, elegimos creer en una idea más allá del resultado. Puro fútbol.
