El sector calzado exportó el pasado año más de 158 millones de pares por valor de 3260 millones de euros. Son cifras que constatan la resiliencia de las empresas zapateras en un contexto internacional muy complicado en el que a la situación geopolítica (sobre todo los efectos aún de la guerra Rusia-Ucrania) se ha sumado el rebote post-covid que provocó una disminución notable del ritmo de las ventas del calzado que comenzó en primavera y se agravó en el último trimestre del año a raíz de la subida de la inflación y la caída de las rentas familiares, se añadieron las consecuencias de los efectos del cambio climático con temperaturas extremadamente altas.
La caída de la venta de calzado en la segunda mitad del pasado año se ha visto compensada de alguna manera por el hecho de que las empresas han vendido a un precio mayor que en ejercicios anteriores.
“Más allá de las cifras, en las empresas existe una gran preocupación por la situación que atraviesa el sector como consecuencia, principalmente, de la caída del consumo, la inflación y el difícil clima internacional generado por todos los eventos geopolíticos actuales”, ha asegurado este jueves Imanol Martínez, director de Internacionalización y de Marketing de la Federación de Industrias del calzado de España (FICE).
Ventas por países y comunidades autónomas
Por países, las ventas cayeron el pasado año en la mayoría de los principales compradores. Así, en Francia, que sigue siendo el principal destinatario del calzado en la Unión Europea (UE), el volumen de ventas cayó un 2,5%, al tiempo que las ventas a Alemania se desplomaron un 11% respecto a las registradas durante el año 2022. Por el contrario, las ventas en Italia repuntaron.
Fuera de la UE, el peor resultado se encuentra en Norteamérica con caídas significativas en Estados Unidos (-26%), Canadá y México, al tiempo que Reino Unido sigue descendiendo en el ranking de países compradores de calzado. Además, se continúa lejos de recuperar las cifras de ventas en los mercados asiáticos como Japón, China o Corea del Sur.
En el mercado nacional, los peores resultados de venta se han dado en la Comunitat Valenciana donde se ha registrado una caída acumulada del 6,8%. También descendieron el pasado año las ventas del calzado en la Región de Murcia, mientras que han crecido de manera significativa en Galicia (12%), Cataluña (17%), Castilla la Mancha (37%), Aragón (35%), Comunidad de Madrid (14%), en La Rioja (1%) y en las Islas Baleares (3%).
En cuanto a las importaciones de calzado en 2023, han alcanzado los 4600 millones de euros. Este dato refleja un crecimiento en valor del 1,6% respecto a 2022. En volumen, se han importado 317,7 millones de pares lo que refleja una caída del 3,2% frente a 2022.