El teletrabajo son los padres
El periodista ilicitano José Manuel Noguera opina sobre el regreso a la denominada 'nueva normalidad' y celebra la vuelta del fútbol "para descansar sobre lo superfluo al menos durante noventa minutos"
No sabemos casi nada de cómo volverán los niños al colegio, pero ya están los bares abiertos y vuelve el fútbol, todo en orden. Salvo por el teletrabajo. Por si había alguna tentación de concederle a este periodo alguna pizca de nostalgia en el futuro, yo no pienso darle ni una. No me salen las cuentas. Me han quitado ocho horas del día y me las han canjeado por otras tantas de atención paternal antes, durante y después de ese mal llamado trabajo a distancia. No hay teletrabajo sin colegio. El teletrabajo son los padres.
Y claro, como a los equipos de fútbol humildes (es decir todos menos esos dos), se me ha visto que tengo la manta corta: si me tapaba los pies, frío por arriba; si me tapaba el cuello, los pies congelados. O te lanzas al ataque o arropas la defensa. Niños o trabajo. Pero todo a la vez no se puede, se te ven las costuras.
En esa lucha diaria a la que nos ha enfrentado el teletrabajo y para evitar que se nos vieran demasiado esas costuras, hemos priorizado muchas cosas. Han desaparecido los planes y lo superfluo, y nos hemos quedado con el aquí y el ahora. El partido a partido, pero ni siquiera el próximo partido -para eso no había tiempo-. El partido de hoy, de ahora. Máxima concentración para hacer lo que toca y no otra cosa. Dado que las puertas estaban cerradas para salir, no había otra obligación más que no equivocarse en casa. Agotador. Como dice Pacheta, la tensión acumulada agarrota más las piernas que los kilómetros recorridos.
Al Elche CF le viene un reto similar: no equivocarse en casa y demostrar que, pese a estar a puerta cerrada, no tiene la manta tan corta como parece. Al menos como parecía antes de las llegadas del mercado invernal y que ahora, después del parón y acostumbrados a la velocidad semanal del fútbol, nos parecen fichajes de hace dos temporadas.
Pero estos días de confinamiento han sido tan intensos que Jonathas, Víctor Rodríguez, Escriche o Josema no son fichajes desde hace tiempo, cada uno de ellos es uno más en una plantilla que va sexta por méritos propios y a la que el parón le llegó en el peor momento posible. O tal vez el mejor, quién sabe. Con Nino cumpliendo este miércoles 40 años y celebrándolos en el césped, puede que estemos escribiendo el prólogo de una batalla épica que tiene, al menos, once finales. Casi una docena de partidos para descubrir si el Elche tiene la manta corta o le da para cubrirse arriba y abajo al mismo tiempo.
Ha llegado el momento de la máxima concentración. No hay teletrabajo sin colegio pero los bares y el fútbol han vuelto. Todo en orden. La única distancia social que nos va a interesar ahora es la distancia entre Jonathas y el portero rival. Y qué quieren que les diga, en esta pesadilla distópica que estamos viviendo, necesitamos el lujo de descansar sobre lo superfluo al menos durante noventa minutos.
José Manuel Noguera es profesor de Periodismo en la UCAM