La alerta se produjo cuando se iba a volver a abrir el Centro Hernandiano de Elche tras el confinamiento.
La presencia de abejas muertas en el interior de esta sala hizo sospechar de la existencia de un panal en la azotea desde el que se colaban las abejas a través de los conductos de ventilación. Así se inició la búsqueda de una estrategia que permitiera trasladar este panal sin causar bajas entre sus filas, ya que las abejas deben ser protegidas y no pueden ser fumigadas.
Finalmente, y tras varios meses esta semana el panal será trasladado a una zona del campo dedicada a la apicultura y la sala podrá volver a su actividad cultural.