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Dicen que sin aficionados no hay fútbol. O que la parte esencial del juego es la pelota, como es evidente. Pero, ¿qué pasa si no hay campo para jugar? Eso es lo que le sucede al Orihuela, un histórico del fútbol español que suma cinco días sin poder entrenarse por culpa de la DANA, el maldito temporal que ha arrasado por la Vega Baja y que todavía mantiene incomunicada a una parte importante de la población en esta comarca del sur de la provincia de Alicante.
El Orihuela, equipo del Grupo III de Segunda División B, se vio obligado a suspender su partido en casa del pasado fin de semana como consecuencia de la Gota Fría. El terreno de juego de Los Arcos está totalmente anegado y cubierto por un manto de agua, lo que hace imposible su uso. Además, varios jugadores siguen sin poder desplazarse hasta la capital de la Vega Baja debido al mal estado de las comunicaciones. La ciudad trata de recomponerse y, hasta el miércoles, todas las actividades están suspendidas.
La plantilla dirigida Miguel Ángel Villafaina ha recibido un plan de entrenamiento específico del preparador físico para intentar no perder la forma. El Ayuntamiento de la vecina localidad de Crevillent ha cedido el uso de su campo de fútbol municipal, el Enrique Miralles, para que el Orihuela pueda comenzar a entrenarse esta semana. El miércoles tienen prevista jornada de descanso y el jueves la sesión se realizará en las instalaciones del Real Club de Golf de Campoamor.
El próximo encuentro será el domingo, a las 19:00 horas, en el estadio José Rico Pérez ante el Hércules, que tras comenzar la temporada con sólo un punto de los primeros doce disputados se ha metido de lleno en la primera crisis de la temporada.