Hoy el espacio la historia se cuenta con nombre de mujer tiene como protagonistas a dos mujeres de la Marina Baixa cuya muerte se produjo a la vez y en el mismo lugar, motivo por el cual se iniciaría un proceso de beatificación para ambas.
Hablamos de dos monjas que dan nombre a dos calles,una en Villajoyosa y otra en Benidorm.
La primera de ellas es la beata Angeles de San José, cuyo nombre real era francisca. Nació en Villajoyosa en 1875. Era hija de dos maestros de primera enseñanza, Francisco y Antonio , y quizá por ello se formó en la misma carrera con sus padres.
A los 28 años ingresó en la Congregación de las Hermanas de la Doctrina Cristiana y a su amparo se dedicó a la enseñanza.
Fue maestra en Benidorm hasta que en febrero de 1936 fue elegida superiora general de la Congregación, trasladándose a la casa generalicia de Valencia.
Allí vivió hasta el 19 de julio. Un día antes se había producido el levantamiento nacional, la Guerra Civil, y con ella la persecución religiosa en España. Por ello se trasladó a vivir a un piso de la calle Maestro Chapí.
Allí ordenó también que se trasladaran otras quince religiosas. Una de ellas era María Antonio del Sufragio Orts Baldó, de nombre religioso María del Sufragio. Nacida en Altea en 1888, a ella y a su familia se las considera más con Benidorm, donde además, María tiene su calle.
Hija de Gaspar y Rosaria y se educó de forma privada. Y en 1922 ingresó en la misma congregación que su hermana vilera. En su caso, primero fue monja y después se convirtió en superiora del Colegio de la Sagrada Familia, en Valencia.
Tras recibir la orden de la madre superiora general, pasó sus últimos días en el piso de la calle Maestro Chapí.
Hasta que la mañana del 20 de noviembre de 1936 un microbús se detuvo frente al piso y una patrulla de milicianos detuvo a todas las monjas que estaban refugiadas en el piso, trasladándolas hasta el picadero de Paterna.
Allí fueron fusiladas.
Sus cuerpos se trasladarían dos días después al cementerio municipal de Valencia. En 1940 se iniciaron los trámites para su exhumación, siendo trasladadas casi tres décadas después, en 1968, al nuevo panteón del cementerio de Mislata de la Congregación.
Ambas fueron beatificadas por el papa Juan Pablo II en 1995.