El cierre de la Campaña del Níspero de Callosa confirma una caída de la producción de 2.000 toneladas respecto a la campaña anterior a pesar de haber vivido este año la campaña más tempranera, al menos, en los últimos 30 años.
Ya en marzo comenzaron a recogerse y comercializarse los frutos y lo han seguido haciendo, sobre todo en el mes de abril, para decaer en mayo.
Sin embargo, al cierre de la misma se confirma que el bajo calibre del fruto, debido a la falta de lluvias, ha provocado que se recojan sólo 8.000 toneladas, en lugar de las 10.000 previstas.
Así lo cuenta el Ingeniero de la Cooperativa de Callosa, Esteve Soler, que, además, suma esta incidencia a otras, como la "mancha púrpura", que estropea la apariencia estética del níspero complicando las exportaciones, como explica Soler
Estas incidencias provocará una bajada del rendimiento de los agricultores, que esperan compensar las pérdidas en la cantidad de ventas con los beneficios de la salida al mercado antes de lo habitual. Sin embargo, se calcula que será difícil que no se registren pérdidas que pueden oscilar entre el 10 y el 25%. Lo determinará el precio final, que se calculará de aquí a un mes o mes y medio, cuando se concluya el producto que aún circula en los mercados.