Según denuncia este vecino, que además es agente de policía local, se han observado irregularidades de tres tipos en la concesión de los amarres. Por un lado, hay amarres permanentes con embarcaciones que ya no se usan, en segundo lugar, los hay también que están vacíos y que permanecen así durante meses cuando hay embarcaciones que, como la suya, se encuentran en lista de espera desde febrero o incluso desde antes. Por otro lado, el denunciante tiene testimonios gráficos de embarcaciones que están por detrás de la suya en la lista de espera y que, sin embargo, han aparecido amarradas al pantalán. El vecino ha denunciado los hechos a la dirección de Puertos de Conselleria, pero, de las tres denuncias, sólo ha recibido una respuesta, invitándole a que pruebe suerte en Altea donde "me dicen que allí hay 500 amarres y en la Vila sólo hay 160 y que allí voy a tener más oportunidades". Tras la respuesta, volvió a ponerse en contacto con Conselleria recordándoles que existe un Decreto vigente, que establece que "un barco no puede permanecer amarrado de continuo por un espacio mayor de 30 días".
El denunciante considera que se están vulnerando sus derechos y los de otros usuarios que le preceden en la lista de espera. "No quiero favores -afirma-, sólo esperar mi turno y amarrar cuando me toque, pero tampoco puedo tolerar que se cometan estas barbaridades" ha añadido.