La investigación se inició a finales de 2023 tras detectarse un patrón repetitivo en varios robos cometidos en una urbanización del casco urbano de Altea. Gracias a la colaboración ciudadana, los investigadores obtuvieron diferentes pruebas que permitieron identificar a un sospechoso. Sin embargo, no se logró determinar su identidad hasta la comisión de dos nuevos robos el pasado noviembre.