La víctima es un hombre de nacionalidad sueca de 29 años que denunciaba en la policía de Benidorm que había acudido a una discoteca de Benidorm y se encontraba bajo los efectos del alcohol cuando se quedó dormido tras contratar los servicios de la bailarina, una mujer de nacionalidad nigeriana y 25 años de edad, para que realizara un baile erótico en una sala privada. Cuando despertó, se encontró con que no tenía en su muñeca un reloj valorado en 10.000 euros ni un collar y una pulsera, valorados ambos en 100 euros cada uno.
La policía iniciaba la investigación que condujo a la detención de la bailarina, que no cuenta con antecedentes previos. La mujer fue puesta a disposición del juzgado de Instrucción de Guardia de esa localidad.