La pandemia ha vuelto a poner de manifiesto la importancia del agua en nuestras vidas, tanto como una parte esencial de los instrumentos para frenar su expansión, como por su papel protagonista de los planes de recuperación y de salida a la crisis que promueven las instituciones. Un año después del estallido de la pandemia, la mascarilla y el lavado frecuente de manos se mantienen como las armas preventivas más eficaces contra el virus, a la espera de la ansiada vacunación. Es en países y entornos donde el acceso al agua potable es deficiente, o simplemente no existe, donde el virus seguirá haciendo estragos, privados sus habitantes de un recurso básico y, como se ha visto, estratégico en términos de salud. Es este contexto donde algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como el de Agua limpia y Saneamiento (ODS 6) exigen una atención prioritaria y se justifica la demanda de que el acceso agua sea un derecho humano universal, como reclaman colectivos, empresas e instituciones de todo el planeta.
Mientras, en las grandes ciudades de lo que hace unos años se llamaba el “primer mundo”, los abastecimientos se han mantenido operativos pese a la pandemia. Sus gestores han habilitado planes de contingencia y movilizado equipos humanos para garantizar el suministro. En lugares como València, la digitalización y las soluciones tecnológicas adoptadas por Global Omnium han facilitado una respuesta inmediata a los cambios provocados por la pandemia en los hábitos de consumo. De la noche a la mañana, el consumo doméstico en los hogares se disparaba mientras caía el uso industrial y grandes consumidores, tensionando la capacidad de las redes y de las infraestructuras de abastecimiento.
Además, y merece ser destacado, los gestores de abastecimientos, públicos o privados, bajo la tutela y en colaboración con las administraciones, han trabajado juntos para evitar que nadie se quedara atrás, tal como se nos mandata en la Agenda 2030, evitando interrumpir el suministro a cientos de familias golpeadas por el desempleo asociado a la crisis.
Por otra parte, el desarrollo por Global Omnium del pionero sistema de alerta temprana (SARS-GOanalitycs), anticipando en casi 15 días los episodios “pico” de la pandemia, o del PCR-Group, capaz de determinar con una única prueba la presencia o no del virus en fábricas, comunidades de vecinos, residencias, edificios, etc., sitúa también al agua en el eje de la respuesta colectiva a la amenaza de la pandemia. No se trata tan solo de disponer de un laboratorio de gran capacidad para analizar las muestras como el GO-Lab
de Global Omnium, sino de obtener el máximo provecho de esos datos, relacionándolos con otros obtenidos de redes y sensores mediante técnicas de inteligencia artificial, algoritmos, aprendizaje, etc., que multiplican las posibilidades y la eficacia de cualquier intervención. Son logros incontestables que no hubieran sido posibles sin un caldo de cultivo previo caracterizado por un ecosistema investigador y una vocación innovadora de la que son herederas herramientas como las incluidas en Nexus Integra o empresas del grupo como Idrica, con clara vocación internacional.
Los programas de investigación han continuado desarrollándose en el último año pese a los condicionantes y las limitaciones impuestas por la pandemia. Especialistas de la compañía trabajan en la actualidad en una treintena de proyectos de investigación centrados en el uso de tecnologías y productos más sostenibles, descarbonización, reducción-recuperación de nitratos, cambio climático, biodiversidad, etc.
Aguas de Valencia-Global Omnium, lleva años en las arterias (suministro) y las entrañas (saneamiento) de València y aspira a contribuir con su experiencia y tecnología al diseño de ciudades más saludables, más sostenibles, socialmente justas y mejor preparadas para dar respuestas a los desafíos del cambio climático en cualquier lugar donde se demanden sus servicios.
El agua está muy presente en el plan español y la estrategia europea de Economía Circular, en el Pacto Verde Europeo, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima o el anteproyecto de la Ley Valenciana de Cambio Climático,etc., mientras que el apoyo a la digitalización cuenta con un apartado específico y prioritario en el destino de los fondos habilitados por el Plan de Recuperación para Europa.
En este sentido, el proceso de digitalización emprendido por la compañía y su carácter innovador, la sitúan en una situación privilegiada para ser un actor destacado en los planes y estrategias lanzados por la Comisión Europea y los gobiernos de España y de la Generalitat Valenciana en los últimos meses, tanto para salir de la crisis provocada por la pandemia, como para abordar el cambio climático, al que cada vez más expertos y líderes sitúan como la gran amenaza.