Las obras fueron adjudicadas a la empresa Lorquimur por 752 mil euros, que costeará la Generalitat a través del Plan Confianza. Los trabajos tienen un plazo de ejecución de once meses y permitirán recuperar el edificio de la Casa del Relojero, adosarle uno de nueva planta delimitado por las calles Brodadors, Cobertís dels Brodadors, subida del Toledà y Micalet, y crear una pequeña plaza porticada. De esta manera se dará cumplimiento a la exigencia de la Dirección general de Patrimonio de la Generalitat, que pidió que se respetara la trama histórica de esta zona de Ciutat Vella. De hecho el proyecto estuvo años bloqueado debido a las discrepancias entre el Ayuntamiento y el Consell en este punto, puesto que el gobierno local prefería derribar el ruinoso edificio y destinar todo el solar a un jardín.
En 2013 ambas partes llegaron a la solución intermedia que plantea el proyecto final: mantener y rehabilitar la Casa del Relojero, que será recalificada como equipamiento público, y construir pegado a él un nuevo inmueble. Al año siguente, además, la Conselleria de Cultura declaró Bien de Interés Cultural (BIC) el escudo de la ciudad que existe en la casa, otorgando también protección de ese modo a la fachada.
El diseño del edificio anexo de nueva planta es resultado de un concurso arquitectónico de ideas y se construirá en continuidad con la Casa del Relojero. Este inmueble quedará abierto por detrás, creando una plaza interior. Todo el conjunto se destinará a centro cultural, aunque el uso concreto aún no está definido. Los trabajos se han programado para causar el menor perjuicio posible a los restaurantes y comercios de los alrededores. Así, el plan de obras prevé que las terrazas puedan seguir en funcionamiento hasta después del verano y se ha acordado el horario de retirada de materiales para minimizar las molestias.
Una Casa con mucha historia
El proyecto comenzará con la rehabilitación de la Casa del Relojero, que está incluida en el entorno del Bien de Interés Cultural (BIC) de la Basílica de la Virgen y en el ámbito del Plan Especial de Protección de los Entornos BIC de Ciutat Vella. El edificio aparece en el libro ‘Els murs dels Valls’, que data del siglo XVII, por lo que se sitúa su origen en aquella época. Su tipología es de casa vecinal, con un estilo clásico que corresponde al tipo de edificios concebido como unidad plurifamiliar y destinado a la clase burguesa. En ella vivían los relojeros encargados del funcionamiento del reloj anexionado a la torre del campanario del Miguelete, hoy en día desaparecido.
