Estas ayudas permitirán a las personas beneficiarias sufragar el 40% del coste del alquiler durante todo un año, con la condición que no pagan un arrendamiento superior a 600 euros en el mes. Se podrá solicitar, por tanto, hasta 240 euros mensuales, lo que supone un máximo de 2.880 euros anuales. Para la concejala de vivienda, Isabel Lozano, “esta convocatoria de ayudas es fundamental en un año tan difícil para muchas personas, como continúa siendo el 2021”. Lozano ha recordado que “se ha producido un incremento del precio máximo de alquiler subvencionable previsto en las seis convocatorias habidas hasta ahora. En la de 2016 fue de 450 euros; el 2017 subió a 500 euros "para adaptarse a la realidad de aumento del precio de alquiler que sufría nuestra ciudad" y, ya en el resto de convocatorias, "el precio máximo de alquiler subvencionable ha subido hasta los 600 euros mensuales".
Lozano ha dicho que "esta convocatoria es una acción más, de todas las que tenemos en marcha, para ayudar a compensar la subida de precios en la ciudad de València y conseguir que más familias tengan un alquiler asequible. Se pone el foco en las personas que tienen menos ingresos y menos capacidad de pago. Así mismo, se trata de ayudas que han beneficiado principalmente a cinco colectivos muy concretos: jóvenes, familias numerosas, familias con miembros con diversidad funcional, gente mayor y familias monoparentales", ha explicado Isabel Lozano.
Solo en la convocatoria del 2020 han habido 1.250 personas beneficiarias, de las cuales 278 eran jóvenes de entre 18 y 34 años, 153 familias numerosas, 131 familias con miembros con diversidad funcional, 101 familias monoparentales y también 101 beneficiarios de más de 65 años. Además, hubo 18 personas beneficiarias víctimas de violencia de género y 12 familias con la amenaza de un desahucio por impago de alquiler de la misma vivienda para la cual se los concedió la ayuda. El criterio que más pondera a la hora de otorgar las ayudas es el económico. Los ingresos de la unidad familiar o unidad de convivencia tienen que ser inferiores al Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) multiplicado por tres, es decir, no pueden superar el máximo de 22.568 euros anuales.