La antigua fábrica de Benicalap se transformará en centro sociocultural

El Ayuntamiento de València licita la redacción del proyecto para recuperar La Ceramo

El Ayuntamiento de València ha dado un nuevo paso hacia la rehabilitación de la antigua fábrica La Ceramo de Benicalap. El Consistorio ha licitado por 250.000 euros la redacción del proyecto para transformar este centenario complejo fabril complejo en un centro sociocultural.

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El gobierno local aprobó hace ahora precisamente un año la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de València que protege íntegramente el conjunto de La Ceramo, después de que el Ayuntamiento adquiriera la propiedad de toda la fábrica tras pactar una permuta con el banco dueño de parte de la parcela. La entidad financiera era propietaria de un solar edificable, donde precisamente se hallan los antiguos hornos de reflejo metálico de la fábrica, que es la parte con mayor valor patrimonial de La Ceramo. Finalmente el banco aceptó cambiar esa parcela ese solar por otra de propiedad municipal de la avenida de Ecuador a donde se han trasladado los 2.870 metros cuadrados de techo de edificabilidad que correspondían a la entidad financiera.

La concejala de urbanismo, Sandra Gómez, explicaba entonces que además de evitar que se levante un bloque de viviendas junto a la antigua fábrica, el Consistorio reconstruirá las naves del complejo derribadas durante la Guerra Civil. El resto del viejo complejo fabril es propiedad del consistorio desde finales del año 2014, cuando pagó 2,3 millones de euros por su expropiación.

El Ayuntamiento tiene pensado dar un uso sociocultural a La Ceramo. El pliego de condiciones del contrato para redactar el proyecto de rehabilitación habla de restaurar elementos vinculados a la producción de cerámica, como hornos y balsas. También está previsto crear aulas-taller y espacios para exposiciones tanto temporales como permanentes. En este sentido, en alguna ocasión el Consistorio ha hablado de la posibilidad de exponer en La Ceramo fondos procedentes del Museo Nacional de Cerámica, que tiene su sede el palacio del Marqués de Dos Aguas.

La fábrica fue construida en 1888 por el empresario José Ros Surió. De sus hornos han salido las piezas de cerámica que hoy decoran la estación del Norte o el Mercado de Colón. Estuvo especializada en la producción de cerámica tradicional valenciana y, particularmente, en la recuperación de las viejas técnicas artesanales, entre ellas, la de los alfares musulmanes de reflejo metálico.