El conseller de Educación Vicent Marzà ha insistido en que se pactó que los niños debían volver con la máxima presencialidad posible y con todas las garantías de seguridad. Ha reconocido que se pueden presentar dificultades y que se afrontaran con esfuerzos de forma conjunta poniendo a los alumnos en el centro.
Marzà ha afirmado, además, que hay algunas clases de más de 20 niños pero la mayoría por bajo de ese ratio lo que ha permitido crear grupos estables y poder atenderlos mucho mejor gracias a la contratación de más personal.
También ha incidido en que se ha organizado el curso para poder dar un servicio público que cohesione a la sociedad. Para ello, ha insistido, se ha procedido a la adquisición de dispositivos digitales que favorezcan la formación a distancia si fuera necesario.