Las dos resoluciones, publicadas en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), se han trabajado con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública y se han elaborado teniendo en cuenta las directrices establecidas por las autoridades sanitarias para preservar la salud y el bienestar de las personas usuarias así como de los trabajadores de los centros, según ha informado Igualdad en un comunicado.
Los centros residenciales de infancia serán los primeros en retomar las medidas, que serán posible una vez el municipio en el que se encuentren entre en la fase I, y será el equipo directivo de cada recurso el que se encargue de programar las visitas que serán, con cita previa, y atendiendo un máximo diario del 20 por ciento de las personas residentes.
El número de visitantes no podrán ser superior a tres personas, que accederán de uno en uno, excepto que todos convivan en la misma casa; se mantendrá la distancia de seguridad de dos metros, con mascarilla y desinfectándose el calzado y las manos con solución hidroalcohólica, y además se les tomará la temperatura antes de entrar, restringiendo su acceso si tiene o supera los 37,5 grados.
Las visitas se realizarán en espacios habilitados para tal fin, que preferiblemente estarán al aire libre, y con la supervisión de personal técnico del centro. Asimismo, se dejará un mínimo de 15 minutos entre una y otra para la correcta limpieza, desinfección y ventilación de espacios.
En el caso de los centros residenciales para personas con diversidad funcional o problemas de salud mental, las visitas se retrasarán a la fase 2 "debido a la vulnerabilidad del colectivo", pero en la 1 la dirección de cada recurso tendrá que elaborar un protocolo de visitas que contemple horarios, espacios, medidas preventivas y duración, atendiendo criterios de bienestar de las personas residentes y de sus familias.
Los criterios serán iguales a los de infancia, limitando las visitas diarias a un máximo del 20% de las personas residentes, y no más de tres personas por visita, que entrarán de uno en uno salvo en los casos que convivan en la misma casa que podrán entrar juntos. Las medidas de protección y distanciamiento social serán las mismas que para infancia, igual que los protocolos de limpieza y desinfección.
Las resoluciones para la desescalada establecen que los centros de atención diurna, recursos vivenciales y servicios ambulatorios, tanto de infancia como de diversidad funcional, deberán cumplir, en todo momento, las obligaciones de prevención de riesgos laborales establecidas en la legislación vigente en cada fase del plan, tanto con carácter general como de manera específica, para prevenir el contagio por la COVID-19.
La disposición de los puestos de trabajo, la organización de los turnos y el resto de condiciones de trabajo se modificarán, en la medida necesaria, "para garantizar la posibilidad de mantener la distancia de seguridad interpersonal mínima de dos metros entre las persona trabajadoras, y de estas con respecto a las usuarias". Cuando no sea posible, por razón de la actividad, se deberá utilizar el equipo de protección previsto en cada fase para el tipo de servicio de que se trate.
Asimismo, se establece que se observarán las medidas prescritas en cada momento para evitar el contacto de las personas con diagnóstico de Covid-19, con síntomas compatibles con el coronavirus o en período de cuarentena domiciliaria por haber tenido contacto con alguna persona con síntomas o diagnosticada de COVID-19, con otras trabajadoras o usuarias.
La limpieza y desinfección de las instalaciones se hará con la frecuencia y las condiciones estipuladas en cada fase para los centros socio-sanitarios o los lugares de pública concurrencia, con especial atención a las superficies de contacto más frecuentes. Se garantizará una ventilación adecuada de todas las dependencias.
En la planificación de las transiciones, los centros de atención diurna, recursos residenciales y servicios ambulatorios contarán, salvo indicación contraria, con aquellos efectivos que hubieran sido reasignados, y que se reincorporarán a sus puestos ordinarios.
Quedan exceptuadas de la incorporación a la atención presencial las personas con pluripatologías para las que el contagio por COVID-19 pueda suponer un grave riesgo y las mujeres embarazadas. En estos casos, se adaptará el lugar de trabajo a unas funciones que no requieran atención al público o a funciones de trabajo telemático.