Hace ahora diez años, el 15 de febrero de 2012, València vivía una jornada excepcional. Más allá de la cotidianidad y de la normalidad característica de un miércoles cualquiera, el centro de la capital valenciana quedaba completamente colapsado por las protestas de miles de alumnos de institutos y de estudiantes universitarios, quienes se manifestaban a favor de la educación pública y en contra de los recortes económicos que la Generalitat – entonces liderada por el PP – impuso a colegios, institutos y universidades con motivo de la Gran Recesión de 2008. Esas concentraciones pacíficas y centralizadas en el Instituto Lluís Vives de València chocaron de frente, durante las horas siguientes, con el cuestionado uso de la fuerza física que la Policía llevó a cabo para disolver unas manifestaciones estudiantiles participadas, en gran parte, por alumnos y alumnas menores de edad. Se trata de la popularmente denominada Primavera Valenciana.
Tras varias jornadas de enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y los estudiantes, dichas protestas se saldaron con varias decenas de heridos y de detenidos y más de 200 sanciones económicas de carácter grave. Ahora, diez años después de este “estallido social”, algunos de sus participantes observan ciertos paralelismos entre sus reivindicaciones y la situación que atraviesa actualmente la educación pública universitaria. “Con la crisis del COVID-19, se ve que la situación de la juventud continúa siendo muy mala”, denuncia el coordinador del Sindicat d’Estudiants del País Valencià, Carlos Naranjo, en declaraciones a Onda Cero. Naranjo fue uno de los participantes de la Primavera Valenciana y, aunque no fue ni detenido ni sancionado, una de sus amigas sí recibió “varios porrazos de la Policía”.
Por ello y salvando las consiguientes distancias, Carlos Naranjo observa ciertos paralelismos con la situación presente. “Los centros de estudios están masificados. Puede que no encontremos recortes claros pero sí hay una degradación de las condiciones de estudio porque faltan muchos profesores. La precariedad es brutal y las enfermedades mentales de la juventud están a la orden del día”, reflexiona el coordinador del Sindicat d’Estudiants del País Valencià. No obstante, Naranjo valora positivamente el trabajo llevado a cabo por el actual Gobierno de Pedro Sánchez – integrado por PSOE y Unidas Podemos – a pesar de que, al mismo tiempo, considera que ciertos aspectos públicos continúan siendo mejorables.
Una exposición recuerda las manifestaciones
Este décimo aniversario de la Primavera Valenciana se conmemorará, a partir de hoy y hasta el próximo día 27, con una exposición ubicada en el entorno del Instituto Lluís Vives de València. Se trata de una muestra al aire libre compuesta por una suerte de tres torres en que se encuentran insertas algunas de las fotografías más relevantes que diferentes fotoperiodistas valencianos realizaron de las manifestaciones estudiantiles y que muestran los numerosos encontronazos entre la Policía y los asistentes a las protestas. Además, el Ayuntamiento de València editará próximamente un libro-catálogo sobre este acontecimiento.
El comisario de la exposición, el doctor en Historia Contemporánea y profesor de la Universitat de València, Jorge Ramos, reivindica, así, la necesidad de recordar la Historia reciente. “La muestra explica cómo surgió la Primavera Valenciana, por qué la Primavera Valenciana, la importancia de la solidaridad y de la indignación… Fue trending topic mundial y, con el lema “Som el poble, no l’enemic”, se cerró la Primavera Valenciana con muchísimas personas dando apoyo a esas protestas”, explica Ramos en declaraciones a Onda Cero.
Precisamente, este doctor en Historia Contemporánea fue, también, uno de los miles de participantes de las multitudinarias manifestaciones estudiantiles en la capital valenciana. Siguiendo la línea de Carlos Naranjo, no fue detenido ni sancionado y, preguntado por una posible reedición de la Primavera Valenciana a día de hoy, Ramos responde contundentemente: “La Historia no se repite, pero sí rima”.