La tecnología ha permitido que tengamos herramientas que midan esas percepciones y que nos den información que podemos utilizar para desarrollar estos productos. Sería como un GPS de las emociones que funciona reconociendo con nuestros gestos y expresiones lo que sentimos al ver un producto o al comprarlo. Esta información se pondrá al alcance de las marcas que lo utilizarán para tomar decisiones de fabricación o marketing,