La Comunidad de Pescadores El Palmar y la empresa Valenciana de Acuicultura han soltado este miércoles 20.000 alevines de anguila europea (Anguilla anguilla) en el parque natural de l'Albufera (Valencia)y contribuir a su recuperación, en un acto que ha tenido también un carácter reivindicativo para pedir a las administraciones medidas de conservación basadas en la ciencia y la experiencia práctica que fomenten el crecimiento sostenible de unas poblaciones que se han visto mermadas desde los años 70.
"Al final, es hacer que la voz de los pescadores y la acuicultura se oiga. Económicamente no somos muy fuertes como sector, pero queremos que se respete el valor intrínseco que lleva, un valor gastronómico y de bien cultural. No podemos dejar de pescar a la anguila sin más, hay que ayudar", ha sostenido la secretaria de la comunidad de pescadores, Amparo Aleixander, en declaraciones a los medios durante el acto de suelta celebrado este miércoles en el parque natural.
Aleixander ha señalado que sin la pesca no de dispondrá de datos sobre la población de la anguila para poder controlar si empeora, a tiempo que ha advertido que "la larva de la anguila aún no se ha podido reproducir en cautividad y se necesita la pesca para poder hacer anguilas".
En ese sentido, ha defendido que "una veda a los pescadores no es la solución al problema" de las bajadas de población de anguilas y angulones en las últimas décadas, causadas por factores ambientales y humanos. La comunidad de pescadores pide que se incluya
al sector activamente en la toma de decisiones y la implementación de estrategias que afecten directamente a su actividad y la salud de los ecosistemas acuáticos.
La comunidad de pescadores ha puesto sobre la mesa medidas como la instalación de accesos que garanticen la entrada y salida de anguilas en l'Albufera, junto a una pesca selectiva que devuelva al mar los especímenes en edad de reproducción o derive a las crías a instalaciones de acuicultura.
También piden la mejora en la calidad del agua, reduciendo la contaminación y realizando aportaciones hídricas regulares; la conservación de hábitats naturales, conservando zonas de vegetación ribereña y construyendo pasos que permitan a los peces el acceso
desde el mar cuando las compuertas estén cerradas, un tema vital en el caso de la anguila; el control de especies invasoras; y un monitoreo constante de la población piscícola, incluyendo para ello a pescadores, autoridades ambientales, científicos y la comunidad en general, para establecer un monitoreo continuo y estableciendo estrategias de gestión activa.