La derrota ante el Alavés, y sobre todo la imagen dada, ha sido el ultimo ingrediente a un cocktail que ya tenía los suficientes como para desembocar en algo más allá que traspasa la preocupación. El caso Jason, el tener a un futbolista en la cárcel, la venta de un jugador muy querido como Boateng a pesar de contar poco esta temporada juntado a que las sensaciones en el campo no son ni mucho menos halagüeñas han hecho, que ahora mismo el aficionado piense en negativo, recordando que el próximo partido será más allá del Ciutat para después recibir al Madrid.
Como diría aquel no son tiempos para la lirica, y quizá sea el momento de que desde todos los poderes facticos de los levantinistas se diera un paso para encauzar ese cabreo en un todos juntos.