Hoy venía pensando en... la ilusión de los valencianistas

Hoy venía pensando en… la ilusión de los valencianistas. Que no es deportiva, no.

Porque en lo deportivo empezamos a comprender que para este año no hay otro objetivo que mantener la categoría. Cuatro derrotas en siete partidos y las sensaciones que transmite el equipo nos impiden pensar más allá que en sumar esos 40 puntos que permitan mantenerse en primera división. Es triste, pero es así.

La ilusión valencianista en lo deportivo de hace año y medio se ha transformado en la ilusión de que Peter Lim, dueño del valencia y del desaguisado. Se decida a vender su paquete accionarial. No hay otra. Eso o ver como se autodestruye un equipo centenario mientras lo sufrimos todos los que albergamos ese sentimiento valencianista desde bien pequeños.

Ilusión porque los políticos valencianos metan la presión suficiente para que se vea obligado a desprenderse de esa mayoría accionarial por un precio justo. Y cuando digo justo no hablo de esos 200 millones que pide de salida. Tiene que entender Lim que hoy en día no los vale. Como cualquier inversión el tiempo puede revalorizarla o depreciarla. Y aquí más que el tiempo ha sido su mala gestión la que la ha devaluado.

Ellos, los políticos con una ATE de por medio pueden ser la clave. No prolongarla podría suponer meter al valencia en causa de disolución al perder un activo de más de cien millones de euros. Y eso, para Lim, sería perder por completo su inversión. Ni 200 ni 100. El Valencia y sus acciones dejarían de tener ningún valor.

Así que por ahí pasa nuestra ilusión a día de hoy. Que le obliguen a vender y marcharse. Por ahí y porque el que venga entienda lo que él nunca ha entendido: el Valencia no es solo negocio, es también sentimiento…