La alcaldesa de València, María José Catalá, ha señalado este lunes que el Ayuntamiento tiene previsto reunirse con técnicos de la Universitat Politècnica de València (UPV) para que "adecúen a la realidad actual el arrecife artificial frente a la playa de la Malva-rosa”. La propuesta resultante se remitirá a la administración central para poder solicitar la renovación de la licencia de este espacio, "caducada desde 2018".
El consistorio ha iniciado con la Dirección General de Costas "la tramitación para tener la licencia", que "el gobierno anterior no renovó” y que hay que "adaptar a la nueva normativa", aprobada en junio de 2024 por parte de la Comisión Interministerial de Estrategias Marinas.
"Nadie ha inventado la rueda"
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha afirmado que la Demarcación de Costas "valorará los informes y las propuestas" sobre los proyectos de arrecifes artificiales a instalar en las playas de distintos puntos de España, entre ellas en algunas de la ciudad de València. "Nadie ha inventado la rueda, ya estaba inventada y, simplemente, iremos viendo los proyectos tal y como los vayan presentando" los ayuntamientos. Se trata de "proyectos que están en marcha en otros municipios y en otros espacios de todo el país".
El arrecife de la Malva-rosa, instalado en 2014, está formado por tres módulos de hormigón no invasivo de 18 a 20 toneladas cada uno en un frente de 90 metros de largo a una media de profundidad de tres metros y una distancia de la costa de 180 metros.
Este proyecto fue impulsado por la Fundación Deportiva Municipal y desarrollado por la Universitat Politècnica de València con la colaboración de la Federación de Actividades Subacuáticas. En su momento, fue el primer arrecife artificial de España para fines medioambientales y turísticos.