El Centro Comercial Saler, propiedad de MERLIN Properties, es parte de la sociedad y la cultura valenciana, y, por tanto, también de su fiesta y su cultura fallera. Este año, a raíz de lo ocurrido con la DANA, el centro comercial se ha volcado con las poblaciones afectadas. Las Falleras Mayores de Valencia, Berta Peiró y Lucía García, junto a la gerente de Saler, Isabel Picazo, han hecho entrega de un traje completo a una madre y una hija de Paiporta que han perdido su hogar durante las inundaciones y con él, los recuerdos falleros de toda su vida.
Este gesto, “una ofrenda de cariño”, se ha podido llevar a cabo gracias a la generosidad de Vives i Marí y La Joia Indumentaria, que han donado las telas, Roa Indumentaria Valenciana se encargará de la confección de ambos trajes y Mavimar y Margarita Vercher de los cancanes. Los aderezos, las manteletas, las mantillas y las peinetas las donarán respectivamente Art Antic, Viana, Álvaro Moliner y Agustín y Amaia junto con el propio Centro Comercial Saler. Gracias a este gesto solidario, Carolina y Paula, madre e hija paiportinas y ejemplo de valentía, podrán desfilar este año en la Ofrenda.
“La DANA ha dejado huella en muchos de nosotros, y es en estos momentos de adversidad donde más debemos apoyarnos. Hemos conocido a esta familia de Paiporta a la que la vida le ha puesto a prueba y son una de esas muchas familias que, por culpa de una tragedia como esta, lo han perdido todo, incluso todo aquello que les permitía vivir cada año las Fallas. Pero, hay algo que ni siquiera una DANA puede llevarse por delante: la ilusión de una fallera por volver a vestirse y seguir viviendo la fiesta que lleva en el corazón” explica Isabel Picazo, gerente de Saler.
En tiempos de dificultad, la germanor valenciana brilla con más fuerza, y el sentimiento fallero se convierte en un lazo indestructible que une a toda la comunidad. Tras la devastación causada por la DANA, el espíritu solidario de las Fallas ha vuelto a demostrar que esta fiesta es mucho más que pólvora y monumentos: las Fallas son un símbolo de identidad, de unión y de resiliencia.
