Dos partidos y dos derrotas. Ese es el balance inicial de un Valencia que afronta esta semana dos partidos contra rivales superiores -en plantilla y presupuesto- que aspiran a plazas europeas: Bilbao primero en San Mamés, y Villarreal después en Mestalla.
Después de los dos primeros partidos, las sensaciones no son buenas. Barcelona y Celta han sacado las costuras a un entramado defensivo que de momento, hace aguas. La aportación en fase defensiva de André Almeida y Javi Guerra no es suficiente, y Baraja lo sabe.
Pocas alternativas
Es por ello que la opción de Guillamón en en el centro del campo junto a Pepelu, es una opción que ya ha probado el técnico de cara al partido de este miércoles.
De darse la entrada de Hugo Guillamón, el entrenador tendrá que decidir si por delante juega Guerra, Almeida, o apuesta por un sistema dos delanteros con Rafa Mir y Hugo Duro en punta, dejando las bandas para Rioja y Diego López.
En espera de que puedan volver con el grupo Sergi Canós (que ya hace parte del trabajo con sus compañeros), Fran Pérez y Gayá, la alternativa para apuntalar la defesa pasaría por plantear una defensa con Tárrega formando pareja con Mosquera.
En este caso, Yarek podría ocupar el lateral zurdo, sacrificando profundidad pero ganando en estabilidad defensiva, algo que antes era implanteable por la falta de efectivos zurdos en ataque, pero que con Rioja, es una alternativa más para el técnico.
En cualquier caso, entre las necesidades del equipo en defensa y la carga de partidos con tres en una semana, hacen que las rotaciones aparezcan por primera vez antes del parón por selecciones.
El Valencia CF necesita sumar, y no lo tendrá fácil, pero dejar el casillero a cero en los primeros cuatro partidos de liga haría saltar todas las alarmas, y pondría de nuevo en evidencia, una planificación deportiva casi inexistente.
